Es viernes, día del corte en el ISPS Handa Australian Open. Ángel Ayora, que está jugando con 19 años su primer torneo del DP World Tour como profesional, pega el drive de salida en el hoyo 18 del The Australian Golf Club. Es un par 5 de 486 metros. Viene de hacer un birdie salvador en el 16 y de recuperar desde el búnker de forma sensacional en el 17 para asegurar el par. Marcha con -2. Aún queda mucho golf por jugarse, ya que él ha salido en el turno de mañana, pero José María Zamora, director del torneo, le augura a Juan Ochoa, caddie y entrenador de Ángel, que el corte se va a quedar sí o sí en -2. Conclusión: necesita el par para jugar el fin de semana.
El drive de Ayora se ha ido un poco a la derecha, pero sin más. Debe estar en el rough. Es un par 5 y no deberían tener muchos problemas para sacar el par. Error. El asunto comienza a complicarse al llegar a la bola. El bote y la rodada no ha ayudado nada. «Llegamos a la bola y justo había salido a la zona de arena por donde caminan los espectadores, con la mala suerte de que se queda en el tacón de una huella y con una raíz delante. Infumable», confiesa Juan Ochoa a Ten Golf. Bien, el par ya no es una tarea tan sencilla como parecía.
Plantean un golpe de supervivencia. Pega todo lo fuerte que puedas y a ver si se puede avanzar unos 40-50 metros a calle con una pelota que a buen seguro, debido a su posición con la raíz, va a salir caponada. «Ángel le pega con todo y la mueve seis metros de vuelo para un total de unos quince. El gran problema es que sigue en el rough, a 198 metros de la bandera, para pegar el tercer golpe y obligado a jugar un slice (efecto pronunciado de izquierda a derecha) con el hierro 5 y agua por la derecha», explica Juan. Un escenario terrorífico.
La bola no hace el efecto deseado. Sale recta y acaba en un búnker corto de green por la izquierda, a unos 40 metros del hoyo. Pega el cuarto golpe. «La pega un poco pesada de más, no vuela lo suficiente y se mete en el siguiente búnker, justo antes del green». No va más. O la mete desde la arena o se marcha a casa…
Y la mete. «Con dos co…… De la chocada de palmas que nos dimos me ha estado doliendo la mano como 15 minutos», relata feliz el entrenador. El público, lógico, se volvió loco. «Debe ser que Seve le ha echado hoy una mano con los búnkers», afirma Juan.
Aquí tienen el gráfico de cómo ha sido el hoyo decisivo para pasar el corte de Ayora:
Curiosamente, el día antes estuvo entrenando el joven golfista andaluz un ejercicio que consistía en meter en una cesta de bolas sacando desde el búnker… Quién le iba a decir en ese momento lo que ocurriría al día siguiente.
Así las cosas, Ayora estará el fin de semana en el Open de Australia, con ganas de sacarse la espina de ese The Australian Golf Club al que hoy no le pudo ganar la partida, aunque acabó dejando uno de los momentos más emocionantes del día.
