Puede que el recorrido Twenty Ten de Celtic Manor esté algo más asequible que hace seis años, la última vez que se jugó aquí un torneo del European Tour, pero eso no quiere decir que no haya trampas por el camino. El agua está muy presente en el campo y al mínimo descuido cae en la tarjeta un número alto que descuajeringa la vuelta. Es un trazado donde la paciencia y el autocontrol son virtud y al que conviene venir con el flotador de casa puesto. Algo que han hecho Nacho Elvira (-7) y Adrián Otaegui (-6).
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Los dos españoles se han ganado el derecho a pelear por todo el fin de semana en el Celtic Classic. Se encuentran a cuatro y cinco golpes del líder, el sorprendente Sam Horsfield (-11). Su liderato no es sorprendente en sí mismo, ya que viene de ganar hace dos semanas el Hero Open, sino por cómo hacer las cosas. Es un golfista excesivo. Lo mismo te hace un 61 y te gana a la semana siguiente el Hero Open que se queda a una distancia sideral del corte a la semana siguiente. Su final de vuelta hoy lo define. Ha terminado con un triple bogey en el 17 y un eagle en el 18. Una bomba de relojería. Horsfield tiene a un golpe a Thomas Pieters (-10), líder tras la ronda de ayer, y a dos golpes sobre Callum Shinkwin, Andrew Johnston y Thomas Detry.
Elvira, a punto de rascar ya toda la herrumbre del swing
Con Elvira y Otaegui hay que contar en los 36 hoyos que restan. Están jugando bien, con orden, concierto y mucha paciencia, conscientes de que hay banderas que es mejor no mirar a los ojos y labrándose su vuelta grano a grano. Hoy los dos han visitado el agua y han salido bien librados, por ello la importancia de tener un flotador bien ajustado. Han sido momentos claves en sus vueltas. Elvira lo ha hecho en dos ocasiones. En el hoyo 6 se iba de salida, dropaba allí mismo y pegaba un hierro 8 sideral a medio metro del hoyo. Par. Eso es ir con flotador y burbuja rosa.
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También se mojó en el hoyo 15, buscando el green de uno en este par 4 de riesgo/recompensa. Falló por la izquierda, por donde no hay que ir, pero sacó un buen bogey, un mal menor. Lo más importante es que en un Celtic Manor donde las vueltas sin errores son un mirlo blanco, ha conseguido escapar con un solitario bogey y lleva tres en dos días. Su ronda de 69 después de entregar ayer el mejor resultado (66) tras el confinamiento es una buena manera de darle continuidad.
Otaegui descubrió en el Hero Open que algo no iba bien…
Otaegui también ha visitado el agua. Ha sido en el 13, momento clave de la vuelta, ya que venía subido en el caballo de las remontadas, con cuatro birdies en los últimos ocho hoyos y empezaba a mirar hacia arriba. El hoyo 13 es un par 3, por lo que hay que hacerlo muy bien para librar el doble bogey desde el lago. Exactamente, lo que ha hecho Adrián. Desde la zona de dropaje ha pegado un wedge magnífico a cuatro metros de la bandera y ha metido el putt. Lo ha celebrado por todo lo alto tres hoyos después, con un putt de birdie marca de la casa desde doce metros cuesta abajo en el 16, y ha rematado con otro gran birdie en el 18, jugando corto y rematando con un putt de tres metros. Los birdies en el 5 y 6 fueron con dos hierrazos 6 y 5 (jugando al golf capicúa) a metro y medio y tres metros.
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En definitiva, los dos españoles encaran el fin de semana jugando bien, con confianza y una buena hoja de ruta trazada con Diego Suazo y Job Sugranyes, sus fieles escuderos. Parece que el tiempo va a cambiar y se va a volver más de Gales, más frío, quizá más agua y viento. Tocará adaptarse.
Pablo Larrazábal (-1), Adri Arnaus (-1) y Carlos Pigem (-1) también han pasado el corte con rondas de 71, 68 y 71 golpes. Lo han hecho justo en el número que se pedía y con el puesto. El -1 se ha quedado en la posición 65ª, es decir, una vida extra para el fin de semana. Toca aprovecharla. Los que no estarán el fin de semana son Eduardo de la Riva (+1), Emilio Cuartero (+2), Álvaro Quirós (+5), Jorge Campillo (+5), Alejandro Cañizares (+5) y Sebastián García Rodríguez, retirado después del hoyo 13 cuando iba +2 en el día y +6 total.
