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Catalunya Championship 2022 | DP World Tour

Esta semana se pegarán golpes nunca antes vistos en el PGA Catalunya

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PGA Catalunya
El nuevo tee del 1 del PGA Catalunya. © Ten Golf

El Stadium course del PGA Catalunya nunca defrauda. Las opiniones son unánimes. Un campazo en condiciones extraordinarias. Un jugador por aquí y un caddie por allá no dudan en situarlo entre lo más top del año en el DP World Tour.

La preparación, efectivamente, es muy buena, aunque presenta algunas diferencias importantes respecto al recorrido que se jugó en el Open de España en 2014 y que terminó con el triunfo de Miguel Ángel Jiménez. La ‘obra’ más relevante que se ha llevado a cabo es una labor de ‘corte y confección’ brutal más allá del rough que protege las calles.

El trazado del Stadium course está muy bien protegido por árboles. Antes, al pie de esa arboleda, había mucho arbusto, una vegetación muy densa, con lo que cada bola que terminaba en estas zonas era prácticamente una bola injugable. Penalizaba mucho y entrañaba una dificultad enorme no tanto para los profesionales en competición como para los aficionados de ‘greenfee’ que venían a jugar aquí por puro placer. Se perdían bolas a tutiplén.

Por este motivo, los responsables del PGA Catalunya han llevado a cabo en los últimos años una labor de limpieza exhaustiva del follaje que ha dejado el campo mucho más claro. Fallar la calle y el rough ya no penaliza tanto, aunque lo más importante es que se van a poder ver golpes espectaculares que antes eran imposibles. Ahora sí se puede jugar entre árboles e incluso plantearse el tiro a green si hay hueco. Bueno para el espectador.

Los otros dos cambios del campo son dos nuevos tees en los hoyos 1 y 12. En el 1 se han ganado algunos metros, por lo que según el viento podremos ver de nuevo a jugadores utilizar el driver de salida y no sólo la madera 3 como hasta ahora. 

En el 12, más de lo mismo. El hoyo mide unos 20 metros más, por lo que se complica la salida. Hay agua a la derecha y antes los jugadores ni la veían. Podían jugar a tope por encima del lago sin ningún temor. Sin embargo, ahora si sopla el viento en contra pueden entrar las dudas y obligará al jugador a protegerse por la izquierda salvo que quiera arriesgar. Es un par 5 y se puede complicar el segundo tiro. Da más opciones. Más espectáculo. Dos buenos cambios.

Los greenes del Stadium course están algo más tiernos de lo que hubiera querido la propiedad del campo y el propio DP Wolrd Tour, pero contra el agua que ha caído en las últimas horas, la humedad y el rocío de la mañana no se puede hacer mucho. Por contra, el rough está muy duro. El domingo y el lunes hubo que cortarlo porque con el calor crece mucho y rápido y se hubiera puesto casi injugable para el torneo. Se ha rasurado a 75 milímetros, pero en los próximos días va a crecer. Ojito con lo que nos podemos encontrar el fin de semana…