Byeong Hun An (-21) ha ganado el BMW PGA Championship siendo un debutante en el torneo y novato del circuito europeo en 2015. Lo ha hecho jugando en el partido estelar el sábado y el domingo y entregando la mejor tarjeta de la última jornada (65 golpes), avasallando a todos sus rivales, la mayoría de alta alcurnia, y dejando a seis golpes a sus inmediatos perseguidores. Ha conseguido, además, el resultado ganador más bajo en la historia de esta cita y es el primer ganador oriental en Wentworth…
A sus 23 años el coreano se traslada de golpe y porrazo a otra dimensión, porque no es solo que haya ganado, sino cómo lo ha hecho. Imperturbable, duro como el granito, brillante. Gran pegador y con un juego corto muy bien trabajado. ¿Son ese equilibrio y ese temple que muestra fruto de la osadía y el desparpajo propios de la juventud o es que realmente este chico viene así de preparado? Porque los tres putts de par que embocaba en los hoyos 7, 8 y 9, alguno de ellos realmente delicado, fueron algo más que un ejemplo de concentración y determinación. Fueron, además, la llave de la victoria.
Su aparición estelar esta semana ha sido sorprendente, por más que ya hubiera sido catalogado como una de las grandes revelaciones del año en el circuito en vista de sus resultados. Pero tan sorprendente como justa. Apabullante. Demoledora. Tras el fenómeno Spieth, la arrolladora victoria de An en Virginia Water es sin duda la noticia más relevante del golf mundial en los últimos años. Permanezcamos todos atentos a nuestros monitores…
Miguel Ángel Jiménez (-15) venía desde atrás e hizo todo lo que tenía que hacer en sus circunstancias. Un trabajo de manual, una maravilla de ronda (67 golpes). Tanto, que de no haber mediado el inaudito e impensable despliegue de An, quizá podríamos estar hablando de su segundo triunfo en Wentworth. Y cómo lo habría celebrado la entendida afición británica que abarrota este campo año tras año, profundamente consciente de lo que este hombre está haciendo. Una afición que, no lo duden, también estaba deseosa de resarcir a Miguel de aquel mal rato con Keegan Bradley…
Jiménez, si nos permiten la reiteración de un día a otro, es una leyenda con patas. Un suceso inexplicable. Piénsenlo bien: es increíble que un jugador de 51 años consiga una plaza en el US Open con dos segundos puestos consecutivos, pero más increíble es todavía que un jugador de 51 años se muestre convencido de poder hacerlo y que, con una naturalidad pasmosa, se lo haya marcado como objetivo: «señores, entre el Open de España, Wentworth , Irish Open y el Nordea en Suecia tengo que conseguir meterme en el US Open». Y le han sobrado Irlanda y Suecia…
