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Victoria de Grant Forrest en el Hero Open y tercer puesto de Santi Tarrío

Grant Forrest se estrena y Tarrío se doctora en el circuito europeo

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Grant Forrest posa con el trofeo del Hero Open con el pueblo de St Andrews al fondo. © Golffile

Grant Forrest (-24) ha ganado el Hero Open en su país, Escocia (desde que Paul Lawrie ganó en 2012 un torneo en suelo patrio ningún otro compatriota lo había logrado), su primer triunfo en el circuito europeo, obtenido además a la vera de la catedral del golf, St. Andrews. No se nos ocurre un lugar mejor que esta villa para celebrar tu primer gran éxito, y seguro que a él tampoco…

Y no debería extrañarnos que lleguen unos cuantos triunfos más de su mano, porque este escocés de 28 años responde al prototipo en auge en el golf moderno, el del pegador impenitente que cuando la pone en calle está jugando otro campo. Forrest arrancaba con bogey en el 2, pero enseguida se ponía en marcha como un torbellino (seis birdies en los siguientes nueve hoyos), para finalizar con dos birdies más en los dos últimos hoyos que desactivaban el audaz intento insurgente de James Morrison (-23), que había dejado por delante un 63 firmado en la casa club, nueve menos en el día, con la sana intención de apretar la soga a todos los candidatos de los últimos partidos. Anduvo cerca de conseguirlo, mucho más cuando Forrest hacía bogey en el último par 5 del recorrido, hoyo 16, pero el escocés reaccionaba con un tirazo en el 17 y un hierrazo descomunal en el 18, par 5, de segundo tiro (tenía 240 metros y picaba a la altura de la bandera), que dejaba la bola en las inmediaciones del green.

Junto a Forrest, en el partido estelar, marchaban otro escocés, Calum Hill (-20) y el español Santiago Tarrío (-21), una de las grandes revelaciones de la temporada que ha cerrado su primer intento serio de victoria en el circuito europeo con un formidable tercer puesto. Un doble bogey de Hill en el hoyo 10 lo dejaba tocado y sin capacidad de reacción suficiente. En cuanto a Tarrío, ni siquiera se le puede reprochar que le haya faltado ese puntito más de alegría, chispa o acierto en los greenes, porque incluso sin estar completamente confiado en su juego de tee a green, se las estaba arreglando para mantenerse al acecho, en una segunda línea activa, aguardando su momento. De hecho, el gallego cerraba su segunda vuelta sin bogeys de la semana y se despedía con tan sólo dos borrones en 72 hoyos, un dato valioso que debe tenerse en cuenta, porque nos habla de un jugador muy consistente y con una actitud fantástica.

Santi Tarrío se ha doctorado en el circuito europeo a las primeras de cambio, pues apenas suma ocho presencias en este circuito y ha encadenado un 15º puesto la semana pasada en Irlanda del Norte y este tercer puesto en Escocia.

No es sencillo jugar y manejarse como hoy lo ha hecho el gallego en unas circunstancias tan especiales para él. Al fin y al cabo era la primera vez que salía en el partido estelar del domingo de un torneo del circuito europeo y, además, la jornada era puñetera, puesto que había salido una jornada muy poco ventosa y ya sabían todos que había que hacer un buen puñado de birdies, incluso para mantener la posición en la tabla, no digamos ya para aspirar al triunfo. Sin embargo, a Tarrío se le ha visto siempre bajo control y con las ideas muy claras. Ni siquiera un accidente en el hoyo 7, donde le salía un filazo inoportuno en el momento de tirar un aprochito a bandera en busca del birdie, le iba a sacar de la burbuja. Además, a lo largo de la vuelta y en encrucijadas realmente importantes, el español salvaba hasta tres putts delicados de par que lo mantenían en la lucha directa por las primeras plazas. Es cierto que nunca ha llegado a ser una amenaza alarmante para los líderes, pero también lo es que siempre parecía estar guardando un último ataque, de pie y alerta.

Lo dicho, si acaso le ha faltado ese putt-bonus de media o larga distancia que calentara su resultado en los dos primeros tercios de la ronda y, ya puestos, haber embocado también ese otro putt que erraba en el hoyo 12, par 5, desde unos tres metros. Pero también ha dejado numerosas y variadas muestras de su clase y confianza, como ese último aprochito en el 18 para dejarse casi dado un birdie postrero que le aseguraba el tercer puesto en solitario, rebosante de spin y control. Pues eso: un doctorado exprés en la primera división del golf continental que, de paso, lo va a situar a las puertas del top 100 mundial. Qué cosas: hace justo un año, en la primera semana de agosto de 2020, el gallego andaba más allá del Número 600 del mundo…

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