Así ha sido, tal y como no podía descartarse que sucediera: el resultado ganador del Slync.io Dubai Desert Classic se ha quedado finalmente en el mismo guarismo que mostraba una vez concluida la tercera ronda y ha sido Viktor Hovland (-12) quien se ha llevado el gato al agua después de vencer a Richard Bland (-12) en un desempate visto para sentencia en el primer hoyo.
El play off casi no ha tenido historia en el hoyo 18 del Majlis course. Ambos jugadores cogían calle; ambos tiraban de dos a green, aunque sólo el nórdico la dejaba primero en el tapete y luego hacía el birdie. Lo que tuvo mucha más enjundia, una hora y media antes de este desenlace, fue el apoteósico esprint de Hovland, que terminaba su ronda con una desenfrenada serie de birdie en el 16, eagle en el 17 y nuevo birdie en el 18, un parcial de cuatro menos en un visto y no visto para apretarle la soga a todos los que continuaban en el campo. Uno era Bland, que respondía con birdies en el 17 y 18 para igualar; otro era Rory McIlroy (-11), quien mejor lo tenía, pues se plantaba en el tee del 17 como colíder, con dos hoyos por delante en los que abundan los birdies. Sin embargo, después de una mala salida salvaba el par por los pelos en el 17 y a continuación hacía bogey en el 18 después de irse al agua con el segundo tiro…
Es cierto que en ambas situaciones, antes de pegar la salida en el 17 y de hacerlo desde la calle del 18, tuvo que esperar demasiado tiempo a que el partido de delante despejara el campo, pero seguro que tal circunstancia no consuela en absoluto al norirlandés. Da la sensación de que Rory ha dejado escapar muchas opciones de victoria en su carrera, y puede que así sea, que no nos hallemos desde luego ante un ‘killer’ despiadado. Pero también podría argumentarse que suma ya 28 triunfos en todas las esquinas del mundo, incluidos cuatro Grandes, y sólo tiene 32 años…
Hovland venía hoy del grupeto de la tabla que partía con un acumulado de -6, igual que Sergio García (-6), y ha necesitado el mejor resultado del día para acceder hasta ese desempate. Luego, podía hacerse. Pero, mientras el español apenas conseguía darse pequeños respiros con el putter en la mano, sin llegar nunca ha encadenar aciertos y dejándose por el camino hasta cinco opciones de birdie desde distancias que iban de los dos metros y medio a los cuatro metros y medio, el noruego enchufaba a lo largo de la vuelta dos putts de birdie de unos tres metros (hoyos 3 y 5), otro más desde siete metros y medio (hoyo 8) y, de propina, un purazo de eagle en el 17 desde unos diez metros. Así, indudablemente, la tarea se simplifica una barbaridad.
Viktor Hovland es un gran pateador, pero es mucho más. No se alcanza el Número 3 del mundo, que es lo que ha conseguido con su final arrebatador en Dubai, si no se es un jugadorazo en todas las parcelas del juego. Es más, en realidad el nórdico se había despedido prácticamente de todas sus opciones de triunfo con un bogey traicionero en el hoyo 15 que llegaba a consecuencia de un tripateo. Toma recochineo… Pero es que este chico es aguerrido, nunca se rinde. Es un homenaje imparable a la determinación y tiene el poderío, la distancia, además de una actitud permanentemente positiva. Tiene 24 años y Europa, en él, a un asidero trascendental de cara a la Ryder.
