Un total de 24 jugadores se enfrentarán la próxima semana en el Marco Simone de Roma en la Ryder Cup. Doce golfistas de Estados Unidos versus doce de Europa. De todos ellos, 22 están de descanso esta semana. Hay que bajar pulsaciones, recargar pilas, centrarse en lo realmente importante, guardar cada átomo de energía antes de la semana más estresante del año. Así lo reconocen todos. Pues bien, Robert MacIntyre ha decidido conducir en sentido contrario, ha elegido su propia vía. El escocés juega a partir de este jueves el Cazoo Open de Francia. El otro que juega es Brooks Koepka en Chicago, pero al estadounidense no le queda más remedio por su contrato con LIV Golf.
No hay que llevarse las manos a la cabeza con la decisión de MacIntyre, ni pensar que el zurdo está cometiendo una imprudencia, pero desde luego es extraño. La Ryder será el sexto torneo en siete semanas. Mucha tralla y mucha tensión. No hay que olvidar que en esas siete semanas se ha jugado su clasificación para la Ryder (Irlanda del Norte, Chequia y Suiza), ha disputado un torneo durísimo como el BMW PGA Championship y se enfrentará a un complicadísimo test como el Golf National de París. Demasié pal body.
Obviamente, MacIntyre no ha tomado esta decisión por capricho, ni por significarse del resto del mundo. El golfista de Oban está buscando algo esta semana tras los malos resultados que arrastra desde la cuarta posición que logró en la República Checa. El novato en la próxima Ryder siente que necesita competir para llegar mejor a la cita. Su golf se ha desmadejado desde que confirmó su presencia en Italia y entiende que es mejor estar jugando que entrenando en su casa.
Otra explicación de la presencia de MacIntyre en Francia puede ser también mental o psicológica. Prefiere estar centrado en jugar un torneo y competir que ver pasar las horas en casa con la ansiedad de que la Ryder está a la vuelta de la esquina. Seguramente, sea un compendio de los dos factores. Está buscando algo técnico que le ayude a encontrarse con su mejor golf y al mismo tiempo persigue tener la cabeza ocupada en otras cosas y no sólo en el debut en la Ryder Cup.
Además de la presencia de MacIntyre, el torneo destaca por contar con Tom Kim, Ryan Fox o Billy Horschel, como figuras más destacadas. Es la primera vez que el coreano pisa suelo francés, con la ilusión multiplicada por tres de ser el mismo campo que acogerá los Juegos Olímpicos el próximo año, una cita que Kim tiene marcada en rojo en su calendario.
La Armada se presenta a la cita con once jugadores y el objetivo de tumbar uno de los recorridos más exigentes del año, aunque con matices. El rough esta duro, seña de identidad del trazado parisino, pero hasta han respirado de alivio los golfistas al comprobar que está algo menos severo que en Irlanda y Wentworth, las dos últimas citas del DP World Tour.
Por último, la mañana será complicada este jueves en Francia. Se espera mucha lluvia entre las seis de la mañana y las dos de la tarde, de modo que los golfistas del turno matutino puede salir bastante perjudicados. En cuanto a los españoles, a los que le ha tocado la china son Sebas García, Santi Tarrio, Rafa Cabrera Bello, Nacho Elvira, Ángel Hidalgo y Alex del Rey.
