Thomas Pieters tiene un golpe menos de lo que debería en el Open de Francia a consecuencia de una errónea decisión arbitral. En fútbol estamos más acostumbrados a estas situaciones, pero en golf es realmente extraño que el hombre de las reglas se equivoque de una manera tan flagrante. Pieters se encuentra con -10, a dos golpes del líder Rasmus Hojgaard, cuando en justicia debería estar con -9. ¿Qué ocurrió?
Hay que remontarse al hoyo 3 de la segunda ronda del golfista belga. Concretamente, al green de este par 5. Pieters estaba perfectamente colocado para pegar su cuarto golpe, un putt bastante lejano de birdie. Justo cuando inicia el movimiento hacia atrás del palo para pegar a la bola, un niño del público, muy cerca de él, hace un ruido (algunos dicen que chilla, otros que tose), despista a Pieters que trata de frenar el golpe, pero no evita contactar con la bola. Le da muy flojo por el acto casi reflejo de parar la acción y apenas mueve la bola un metro.
Acto seguido, Pieters marca la bola y pide la asistencia de un árbitro para dirimir lo que debe hacer. ¿Cuenta ese golpe pese a que no quería pegar a la bola? ¿Se puede anular, levantar la bola y reponerla sin penalidad? El árbitro, que consultó una segunda opinión, dictaminó que como la intención de Pieters era no pegar a la bola, el belga podía volver atrás, reponerla donde estaba antes del amago de golpe y volver a ejecutar su cuarto tiro. Eso es lo que hizo y firmó el par.
Pues bien, el error del árbitro es garrafal. La regla indica lo siguiente:
Golpe es el movimiento del palo hacia adelante que se efectúa para golpear a la bola.
Pero un golpe no ha sido ejecutado si el jugador:
– Decide durante el downswing (movimiento de bajada del palo) no golpear a la bola y lo evita deteniendo intencionadamente la cabeza del palo antes de que llegue a ella o, si no puede detenerlo, falla intencionadamente el golpe de la bola.
Aunque la redacción de la regla en español no es la mejor ni la más concreta, lo que quiere decir cuando pone ‘falla intencionadamente el golpe’ es que no conecta con la bola, es decir, cuando termina más o menos el swing, pero consigue evitar a la bola. En el momento que contacta con la bola, si estaba en pleno movimiento, se considera golpe.
Así las cosas, el golpe de Pieters debía haber contado, la bola no se tendría que haber repuesto y debería haber jugado el quinto golpe desde donde reposaba después de su infortunado putt.
Hay voces que también han puesto en duda que los árbitros a posteriori no le sumaran el golpe a Pieters. Es decir, sí, de acuerdo, el árbitro se ha equivocado y, por tanto, no se puede penalizar a Pieters por jugar desde un lugar incorrecto (es lo que hizo al reponer la bola), ya que fue a instancias de una decisión arbitral, sin embargo, ¿por qué no se le ha añadido el golpe que dio antes de que llegara el árbitro?
Pues bien, aquí los árbitros, o el comité del torneo, actuó correctamente conforme a las Reglas. En Procedimientos del Comité 6C (11) se especifica lo siguiente:
Cuando un árbitro en stroke play (juego por golpes) incorrectamente notifica a un jugador que su golpe no cuenta y que vuelva a jugar sin penalidad, la decisión se mantiene y el resultado con el golpe jugado nuevamente es el resultado del jugador para el hoyo.
Una vez más, queda claro que las Reglas de Golf están para ayudar a los jugadores. Así las cosas, Pieters se beneficia de un error y las reglas estipulan que al proceder de un árbitro no se puede enmendar ese error. Así lo celebraba el belga en las redes sociales:
So kid coughed in my backstroke. I tried to stop…didn’t 🤦♂️ Called a local referee who called another referee who both deemed it not a penalty. That decision is final. Got told after I finished it should have been a penalty but original ruling stands. #Luckyidiot 🙄 pic.twitter.com/ifRofhmmMq
— Thomas Pieters (@Thomas_Pieters) September 23, 2022
De este modo, regresamos al inicio, si Pieters gana el Open de Francia por un golpe, medio cheque se lo debería dar al árbitro…
No exageran demasiado los golfistas con eso del silencio total?