Pablo Larrazábal ha firmado hoy un más que notable registro de 67 golpes en la cuarta jornada del Dubai Invitational, en el recorrido del Dubai Creek Resort. Ha sido su mejor resultado de la semana. Pero, sobre todo, se ha llevado las mejores sensaciones de los cuatro días de competición, especialmente a lo largo y ancho de los primeros catorce hoyos. “Hoy sí he pegado con el driver de una manera más parecida a como hemos trabajado durante la pretemporada, llevando el palo más atrás. En general, sobre todo en los primeros catorce hoyos, he jugado un gran golf. En esos hoyos he hecho un parcial de cuatro menos, pero perfectamente ha podido ser de seis o siete, sin exagerar”, explica el barcelonés.
Esta ronda puede ser, en lo que se refiere a las sensaciones, una fantástica lanzadera de cara al Hero Dubai Desert Classic, torneo que el español va a disputar a partir del próximo jueves por decimosexta vez en su carrera y en el que, de momento, nunca ha conseguido redondear una gran semana. De hecho, su mejor resultado es un vigésimo puesto, que tampoco es ningún desastre, pero que de ninguna manera colma las expectativas de un ganador de nueve torneos del DP World Tour. Ha firmado excelentes rondas en el Majlis course del Emirates, pero todavía no ha juntado cuatro en la misma semana lo suficientemente buenas como para terminar arriba o luchar por el triunfo
“La verdad es que en el Emirates las cosas se facilitan mucho si vas largo desde el tee. A ver si allí, como me ha pasado hoy en varios hoyos, me atrevo a llevar el palo del driver atrás y consigo ganar ese extra de distancia que me ayude a hacer más birdies”, explica.
Larrazábal ha ganado durante las últimas semanas, trabajando en casa, hasta siete millas más de velocidad de bola (de 169 a 176 millas por hora), pero no es lo mismo hacerlo en la cancha de prácticas que durante la competición. No se suelta uno de la misma manera.
El nuevo drive de Callaway, el Paradym Smoke, está ayudando lo suyo. Al menos, a Larrazábal le ha entrado por el ojo esta nueva herramienta, pero luego hay que exprimirla de igual manera cuando de verdad cuenta cada golpe. Y en esas anda el jugador español. El mejor botón de muestra de lo lejos que puede llegar a ir Pablo es su salida de hoy en el hoyo 13, él último par 5 del recorrido, donde se iba hasta las 330 yardas, uno de los cinco drives más largos de la jornada en ese hoyo. Rory McIlroy, por ejemplo, ha ido hoy en ese hoyo un poco más corto (323 yardas), aunque alcanzaba las 339 yardas el jueves y 342 el viernes. A ver, no se trata de ir tan largo como el norirlandés, que al fin y al cabo sigue siendo uno de los mayores pegadores del mundo, si no el mayor, no es desde luego lo que pretende un jugador como Larrazábal, pero tampoco está de más darse el gusto de empalar con todo y pisársela de tanto en tanto…