El DP World Tour no ha podido empezar mejor el año. Menudo espectáculo nos ha brindado la ronda final del Dubai Invitational. Tommy Fleetwood y Rory McIlroy han librado un fabuloso mano a mano en el que a punto ha estado de colarse por la cocina el sudafricano Thriston Lawrence. Ha sido un intercambio dramático de golpes extraordinarios y algún que otro error grosero. Pura emoción. Estrés. Competición.
Fleetwood se ha llevado el gato al agua, nunca mejor dicho. Ha ganado el torneo con dos birdies finales soberbios. En el 17 metió un putt de nueve metros, marca de la casa Tommy, esos putts que siempre se recuerdan del inglés en sus triunfos. Y en el 18 ha rematado con otro birdie sensacional. Ha embocado desde algo menos de cinco metros. Eran dos tiros libres para ganar el partido. Vida o muerte. Sólo valía dentro. Presión absoluta. Y Fleetwood lo ha resuelto con la misma soltura que sometió a Rickie Fowler en la Ryder Cup para dar el punto decisivo a Europa. Parece que fue en Roma, precisamente, cuando recordó el de Southport cómo se ganan los torneos. No lo hacía desde el Nedbank sudafricano de 2022.
El gato al agua es literal porque Rory McIlroy entregó el trofeo en bandeja de plata con una serie de golpes que sólo existen en Rorylandia, y a los que únicamente puede sobrevivir un genio como el norirlandés, aunque a veces, como hoy, hasta para él es imposible. Rory ha estado a punto de ganar un torneo en el que se ha ido cinco veces al agua, dos en la última ronda, donde ha cometido un cuádruple bogey (segundo día) y tras tripatear desde 60,96 centímetros en el hoyo 14 de la jornada final. Sí, ha estado a punto de ganar. Se ha quedado a un golpe. Casi inaudito.
Vamos con el desenlace. Merece la pena el detalle. Fleetwood, que partía con un golpe de ventaja, ha dominado con pulso firme los dos primeros tercios de la ronda final. Prácticamente en todo momento ha tenido dos golpes de ventaja. Un colchoncito. McIlroy no lo perdía de vista, pero tampoco le movía la silla. Mientras, por detrás se acercaban Zander Lombard y Thriston Lawrence. A la chita callando. Como en las motos o en la Fórmula Uno, aprovechando la lucha que había por delante para meterse en la fiesta.
Justo en el hoyo 13, al fin, Rory cazaba a Fleetwood en el liderato. Empataban a -18. Tres birdies seguidos de Rory tenían la culpa. Dos tirazos (11 y 13) y un putt de fábula de nueve metros (12). Era el punto de inflexión que parecía definitivo con el golpe sublime de Rory en el 14, par 3. El señor de Holywood levitaba en el Dubai Creek Resort. Se dejaba hecho el cuarto birdie seguido… O no.
Increíblemente lo falló. Desde 60,96 centímetros. Se pasó poco más de un metro y erró también el de vuelta. Tres putts. Bogey. Drama absoluto. Las cosas de Rory. Fleetwood se ponía de nuevo líder con un golpe de ventaja y casi al mismo tiempo Lawrence empataba en cabeza con un birdie en el 17. Lombard se cayó antes. A partir de ahí, la locura…
McIlroy logró el birdie en el 15 tras meter un señor putt de casi seis metros. De pronto, a falta de tres hoyos, triple empate en cabeza. Se cae Fleetwood con un bogey en el 16, muy inoportuno, y Rory hace un birdie en el 17 que lo coloca primero en solitario con -19. Tirazo y putt de metro y medio. Poco antes, Tommy ha logrado el birdie desde nueve metros para seguir soñando, aunque todo está en manos de McIlroy y su golpe de ventaja.
Pero no. Rory cierra la bola desde el tee en el 18 y acaba en el agua. No podía ser de otra manera. Quinta bola al agua de la semana. Le valía el par, pero muchas veces da la sensación de que a McIlroy no le gustan las cosas fáciles. De nuevo, puerta abierta a Fleetwood, e incluso a Lawrence, que se relame en la casa club. Rory pega un buen tiro desde el rough después de dropar, pero se deja un putt largo de par que no emboca. Mientras, Fleetwood juega un hoyo de manual. La pone en la calle, pega un gran segundo golpe y mete el putt de casi cinco metros.
Gana Fleetwood. Séptimo triunfo en el DP World Tour. Ríe McIlroy. Los dos chocan el puño y se marchan del green abrazados. Gracias por este espectáculo. Y es sólo el primer torneo del año…
En cuanto a los españoles, Pablo Larrazábal (-7) y Adrián Otaegui (-7) han sido los mejor clasificados en el puesto vigésimo. Gran vuelta final de Larrazábal de 67 golpes, sólida semana de Otaegui con cuatro rondas bajo par y buen final también para Nacho Elvira (-4), con una tarjeta de 68 golpes, top 30. Más atrás acabaron Jorge Campillo (-1), 70 golpes hoy, y Adri Arnaus (+5), 73 golpes este domingo.
