Ludvig Aberg (-19) acaba de escribir una de las páginas más emocionantes, brillantes y bonitas de la historia reciente del golf. El golfista sueco de 23 años se ha impuesto en el Omega European Masters de Suiza y ha echado abajo la puerta de la Ryder Cup. No hay discusión. Se lo ha ganado. Luke Donald debe confirmar este lunes su presencia en el equipo.
No es sólo el hecho de ganar, que ya sería más que suficiente, es aún más relevante cómo lo ha conseguido, peleando mano a mano con todo un Matthew Fitzpatrick (-16), campeón del US Open, viniendo desde atrás y atacando de manera sublime a la hora de la verdad, en el último tercio de la vuelta, cuando lo hacen los grandes.
Sus cuatro birdies consecutivos en los hoyos 14, 15, 16 y 17 han sido de fábula. Ha pegado tirazos, como el segundo en el 15 desde el rough, dejándose una opción de eagle, o el segundo en el 17, impresionante para dejarse el birdie a poco más de un metro. También ha metido putts cruciales, como el del 16, en la última vuelta, desde algo menos de cuatro metros y medio.
Ha sido una exhibición realizada con toda la presión del mundo, que cuenta mucho más. Sabiendo que todos los ojos estaban puestos sobre él, conociendo que se estaba jugando un puesto en la Ryder Cup. Y lo ha hecho con la mejor actitud del mundo, sin cambiar un gesto. Ni siquiera se le ha visto tenso cuando ha tenido que esperar más de cinco minutos en el tee del 18 para pegar su golpe de salida. Al revés, se permitió el lujo de bromear con Alexander Björk, su compañero de partido. Vuelta de 64 golpes en domingo para ganar el torneo. No hay muchas más preguntas…
Aberg ha conseguido una de esas victorias para la eternidad, de las que se recordarán durante mucho tiempo, en su sexto torneo en el DP World Tour y su noveno como profesional. ¿Ha nacido una estrella? No tengan ninguna duda. El tiempo dirán hasta dónde puede llegar, pero tiene todos los mimbres para serlo: juego y nervios de acero. Acerberg lo llamaban en las redes sociales este domingo. No está mal tirado.
Cierto es que en el gran triunfo de Aberg ha puesto algo de su parte Matthew Fitzpatrick (-16). Así es el deporte. Unos ganan y otros pierden. El inglés tenía el torneo bajo control hasta que ha cometido dos bogeys consecutivos extraños. El primero ha sido en el 15 tras fallar un chip de manera estrepitosa y acabar en el búnker. El segundo ha sido en el 16 tras errar, de nuevo de manera estrepitosa, el tiro de salida y acabar en una situación imposible, bajo un árbol. Los errores han existido, pero Aberg también ha contribuido a ellos apretando al líder, haciendo birdies y sin dejar de creer en ningún momento.
En el segundo puesto se coló finalmente Alexander Björk (-17), otro que se ha dejado la piel defendiendo sus opciones de estar en el equipo de la Ryder Cup, aunque parece que no le va a llegar. La irrupción bestial de Aberg, entre otras cosas, deja sin sitio a golfistas como Björk. En la tercera plaza empataron Matt Fitzpatrick (-16) y el escocés Connor Syme (-16). Y en la quinta posición terminaron igualados Alex Fitzpatrick (-15), otra gran semana la suya, Nicolai Hojgaard (-15), que tendrá que estar pendiente del veredicto de Luke Donald para saber si estará en Roma, y Joost Luiten (-15). El mejor español ha sido Jorge Campillo (-8), en el puesto 40º. No ha sido la mejor semana para la Armada.
