Adrian Meronk (-8) y Matthew Jordan (-8) son los colíderes del Qatar Masters después de una movida e incierta jornada de sábado, zarandeada por el fuerte viento que ha soplado sobre el Doha Golf Club. Una prueba de las dificultades: el liderato arrancaba el día en -9 y ha perdido terreno y, como quiera que mañana se esperan unas condiciones muy parecidas, habrá que ver si el resultado final ganador no se queda en el mismo o similar guarismo.
Pablo Larrazábal (-6) era precisamente quien portaba el estandarte del liderato al inicio del día, pero ha terminado firmando un 75 que de momento lo relega, aunque no lo suficiente como para dejarlo sin opciones. Al revés: si algo hay en abundancia en estos momentos en Doha, además de viento, son los candidatos al triunfo en la jornada final, teniendo en cuenta que también se han visto jugadores capaces de jugar por debajo del par (Jordan, por ejemplo), más allá incluso de los que venían en los primeros partidos, que jugaban el campo en condiciones mucho mejores, con menos viento. El finés Samooja (-7), por ejemplo, salía a jugar a las 7,29 de la mañana y firmaba un espectacular 66 para ganar casi cuarenta posiciones en la tabla y meterse de lleno en la pelea.
Los problemas de Larrazábal llegaban esta vez por los segundos nueve hoyos, justo el tramo que él reventaba a birdies el jueves y el viernes. Es más, pasaba los primeros nueve con un inmenso parcial de una menos como líder muy destacado, gustándose al viento y salvando también con determinación algunas situaciones delicadas buenos putts de vuelta… Sin embargo, un mal primer putt en el hoyo 11 (tenía 25 metros hasta el hoyo y dejaba la bola seis metros corta), lo sacaba ligeramente de punto en los greenes y terminaba pagando el mismo y duro peaje que la mayoría.
No parece que la contrariedad vaya a dejar huella. Hoy, hasta el golpe más rutinario tenía su complicación. Le toca al barcelonés pasar página rápidamente y centrarse en la dura batalla de mañana, en la que también va a estar metido hasta las cejas Adrián Otaegui (-6). Dos cartuchos tiene la Armada para cantar victoria por cuarta vez en la historia en Qatar. El vasco, además, es de los pocos que ha conseguido ganarle la partida al campo jugando toda la vuelta bajo el vendaval y cerrando unos nueve segundos hoyos primorosos (parcial de cuatro menos), después de sufrir lo suyo por los primeros (parcial de dos más). La receta de Otaegui por los segundos nueve ha sido tan sencilla (de explicar), como absolutamente complicada (de llevar a cabo): ha pegado un buen ramillete de hierros sobresalientes, leyendo el viento a la perfección y además, claro, luego ha metido los putts.
Es una pena que Nacho Elvira (+1) y Jorge Campillo (+5) no hayan podido aprovechar las mejores condiciones de juego, pues ambos salían en los primeros partidos. Tampoco Carlos Pigem (+1) ha tenido su día, aunque el catalán sí salía a jugar con el viento lanzado.
