Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Otaegui y Jamieson: historias que trae y se lleva el viento
ISPS Handa Championship in Spain | Fin de la tercera ronda

Otaegui y Jamieson: historias que trae y se lleva el viento

Compartir
Adrián Otaegui hoy domingo en el hoyo 11 de Infinitum Golf durante la tercera ronda del ISPS Handa Championship in Spain. © Golffile | Mateo Villalba
Adrián Otaegui hoy domingo en el hoyo 11 de Infinitum Golf durante la tercera ronda del ISPS Handa Championship in Spain. © Golffile | Mateo Villalba

Ha finalizado en la mañana del domingo la tercera ronda del ISPS Handa Championship in Spain y ya se está jugando la cuarta. No hay tiempo que perder si se quiere recuperar todo el terreno perdido, aunque finalmente se va a conseguir incluso con holgura. Hasta el día de hoy había caído agua para aburrir, había repiqueteado el granizo, habíamos visto rayos y relámpagos y escuchado los truenos… Y esta mañana tocaba el viento, para que no faltara nada (si acaso la nieve). Nos referimos a viento de verdad, sin remilgos ni escondites, con rachas que alcanzaban los 50 kilómetros por hora con una naturalidad pasmosa.

En este sentido, no cabe ninguna duda: el partido estelar (Jamieson, Pulkkanen y Otaegui) ha sido el más perjudicado, puesto que ha tenido que recorrer esta mañana doce hoyos bajo el vendaval, más que ningún otro grupo. Que se lo pregunten a Scott Jamieson (-7), líder en solitario en el momento de reanudarse hoy el juego, que se llevaba un estacazo muy serio en el hoyo 12 (triple bogey) y después tampoco era capaz de taponar una lenta y dramática hemorragia (bogeys en los hoyos 15, 16 y 17) y terminaba firmando una tarjeta de 74 golpes en este par 70 que es esta semana el Lakes course del Infinitum Golf. Tampoco Pulkkanen iba a salir bien librado de la batalla: incluso después de hacer un eagle extraterrestre en el hoyo 8, su parcial en esta mañana huracanada era de dos arriba. ¿Y qué decir de Rasmus Hojgaard? El joven danés partía ayer como clarísimo candidato al triunfo en el arranque de la tercera vuelta, pero hoy se iba desmadejando por el camino y terminaba con un terrible parcial de +4 en los tres últimos hoyos del recorrido, justo donde están los dos únicos pares 5, para un registro final de 77 golpes.

El citado hoyo 12 era un verdadero infierno para el golfista. Y allí, Adrián Otaegui (-10) pegaba uno de los golpes del día, y puede que de la semana: madera 5 a unos 200 metros de la bandera, bajita y traspasando las durísimas rachas que cruzaban de izquierda a derecha el hoyo a 40 ó 50 kilómetros por hora, para llevar la bola justo al sitio. Después, además, aquellas mismas rachas, con la bola ya posada en el green, iban acercándola a la bandera palmo a palmo, mientras los jugadores caminaban hacia allá (en realidad, se habían detenido todos a buscar una bola de Jamieson que nunca apareció). Allí, en aquel green del 12, Jamieson, que era líder indiscutible y gozaba en aquel momento de una ventaja de tres golpes, pateaba para salvar un gran bogey desde apenas un metro, pero fallaba y el viento empujaba la bola dos metros por detrás del hoyo. Luego, para terminar la cruel faena, la frenaba abruptamente en el putt de vuelta…

Había para todos, salvo quizá para el sudafricano Hennie Du Plessis (-10), uno de los tres colíderes junto a Otaegui y Cockerill, el canadiense que esta mañana ni siquiera tenía que salir al campo. Du Plessis, en efecto, ha bailado a las mil maravillas con el viento, porque a él también le ha tocado recorrer hasta diez hoyos en tales condiciones. Y no es la primera vea que vemos a este jugador asomarse cuando Eolo se pone serio.

Había para todos, decíamos, también para Adrián, que en el hoyo 14, par 3, no empalaba la bola como había que hacerlo hoy, con ritmo sostenido y determinación, y se metía en un lío muy serio. La bola había ido a parar a una zona agreste, por la derecha, entre ramas bajas de arbustos y hierba alta y salvaje, pero se las arreglaba para salir de allí con un backswing comprimido de apenas un palmo y medio. “La he pegado todo lo fuerte que he podido con el poco swing que tenía”, nos decía luego, “y la verdad es que me ha faltado muy poquito para meterla en el green”. Hubiese sido casi de locura que, en efecto alcanzara el tapete, porque realmente no se veía la manera de llevarla hasta allí. Después, además, a punto estaba de embocar el chip y salvaba sin apuros un bogey muy valioso.

Otaegui ha seguido pegando hoy hierros y segundos golpes de enorme valor y dificultad. También desde el tee, salvo en el citado hoyo 14. Excelentes golpes, sobresaliente estrategia casi en cada momento… Un manual andante de cómo jugar al juego del golf. Sólo le faltaba embocar ese último putt de birdie en el 18, desde algo más de dos metros, para haber alcanzado un liderato en solitario que, objetivamente, merecía.

La maratoniana jornada sigue su curso. Y Pablo Larrazábal (-7) va a tener su oportunidad de triunfo esta tarde. No hace falta insistir demasiado en ello, pero hagámoslo: no es que el barcelonés sea infalible en jornadas ventosas, también sucumbe de vez en cuando en estas condiciones, pero no cabe duda de que él suele ganar terreno cuando sopla de lo lindo; disfruta mucho sacando a pasear a la imaginación y diseñando los golpes, ejecutándolos y agarrándose al campo cuando toca. Esta mañana le ha faltado chispa en los greenes para haber exprimido aún más este escenario, pero hay que contar con él en la ronda decisiva. Un gran final, no lo olvidemos, puede asegurarle su presencia en el PGA Championship, el segundo Grande del año.

Jorge Campillo (-5) está situado en una segunda línea, pero su consistencia y buen juego (insistimos: aún mejor de lo que dice su resultado) pueden ayudarle a pegar de verdad el primer golpe serio de la temporada sobre la mesa. El extremeño necesita ese cambio de dinámica y se lo está trabajando con paciencia en tierras tarraconenses.

Resultados en directo del ISPS Handa Championship in Spain