Una de las preguntas más concretas que se planteó en la reunión del martes entre los golfistas y Keith Pelley partió de Sergio García. El golfista de Borriol quiso saber si podrá jugar la Ryder Cup o existirá algún veto o normativa que impida su participación en Roma 2023 como golfista de LIV Golf.
La respuesta de Pelley no pudo ser tan concreta como la pregunta, pero sí ofreció algunas pistas que se pueden interpretar. El máximo directivo del DP World Tour le dijo a Sergio que de momento los puntos que se vayan sumando en los torneos van a contar para la clasificación, pero que no le podía asegurar lo que iba a ocurrir dentro de doce meses.
Todo apunta a que los golfistas de LIV no lo van a tener fácil, no por el hecho de que se les prohiba participar de una manera directa, una decisión excesivamente radical y que podría conllevar problemas incluso de índole legal, pero a nadie se le escapa que el Circuito Europeo está estudiando las fórmulas para ponerles el acceso lo más complicado posible. Nadie descarta que se produzcan ajustes en la normativa para obligarles a jugar un número mínimo de torneos con el que, por ejemplo, no pudieran comprometerse, aunque es algo que habrá que ir viendo en el futuro.
Según ha podido saber Ten Golf, la reunión del martes fue también bastante tensa. Los golfistas de LIV preguntaron todo lo que quisieron y Pelley respondió con aplomo y contundencia, en ocasiones con monosílabos, especialmente a Ian Poulter. Rory McIlroy, por ejemplo, no ejerció el papel de líder que sí ha desempeñado en el PGA Tour. Ha dado su opinión ante los medios y ha soltado alguna puyita, pero entre bambalinas ha mantenido un perfil más bajo que al otro lado del Atlántico.
El ambiente durante toda la semana en Wentworth ha sido caliente, pero sin que se haya producido ningún numerito. La principal fricción se produjo entre Billy Horschel e Ian Poulter en el putting green, donde hubo alguna palabra más alta que otra, pero acabaron la conversación de la manera más civilizada.
Lo cierto es que al fin y al cabo se trata de un torneo de golf y la gran mayoría de los jugadores está en Londres para intentar ganar. No hay mucha mezcla y ni siquiera una enorme cordialidad entre los jugadores de LIV Golf y el resto, pero tampoco se han convertido en un gueto sin cruzar palabra con los demás. Eso no ha ocurrido. A los que sí se les ha visto siempre juntos son a Ian Poulter y Lee Westwood.
McIlroy ha recordado hoy que él preferiría que no estuvieran en el BMW PGA Championship. «Mi opinión es que no deberían estar aquí, pero es sólo mi opinión. Todos nos pondremos en el primer tee mañana y jugaremos 72 hoyos, lo que es una novedad para ellos. No he hecho nada diferente. Ellos son los que han tomado esa decisión, así que puedo sentarme aquí con la cabeza alta y decir que no he hecho nada diferente», explicó.
