Tenía una más que interesante galería de golpes para elegir. Sólo el último día pegó unos tiros espléndidos, como el segundo del hoyo 5 donde la metió de dos en green, o el putt del hoyo 4, por no hablar del hierro largo a green en el 17 o el approach sublime en el 14. Andy Sullivan jugó de manual y dejó con la boca abierta a todos. Sin embargo, cuando se le pregunta a él, con qué golpe se queda de los 261 que pegó en el Portugal Masters, su respuesta sorprende.
Sullivan considera que su mejor golpe fue el penúltimo del torneo. Es decir, el segundo del hoyo 18, un hierro 9 a green. Y lo explica: «es el mejor porque salió directo a la bandera, bajo presión y acabó a tres metros del hoyo. Me quedo con ese». A bote pronto, puede resultar increíble que Sullivan se quede con ese golpe. Fue un tiro sensacional, pero la realidad es que en el momento de pegarlo tenía ya ocho golpes de ventaja sobre el segundo. No obstante, rascando en la respuesta, lo que se encuentra es una de las explicaciones de por qué arrasó el inglés en Vilamoura. La elección de ese golpe es sólo la más firme demostración de la concentración con la que jugó Sullivan la última jornada. No, no le pilló de improviso que se jugara la cuarta ronda. Estaba preparado y lo demostró de principio a fin. Los torneos hay que cerrarlo y Sullivan dio una lección de cómo hacerlo incluso con ocho golpes de diferencia. Chapeu. Os dejamos la explicación que ofreció a Ten-Golf el jugador de PING.
