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Todos pendientes del radar meteorológico en el Estrella Damm Andalucía Masters

Echa el freno, Madaleno

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El green del hoyo 18 del Real Club de Golf de Sotogrande.
El green del hoyo 18 del Real Club de Golf de Sotogrande este martes. © Ten Golf

Al meteorólogo del DP World Tour lo están abrasando en estas horas previas del Estrella Damm Andalucía Masters. Es lo que toca. Casi cada veinte minutos tiene una llamada preguntando cómo anda el asunto del tiempo, cuál es la evolución, qué ha cambiado. Todos con los dedos cruzados. Todos mirando aplicaciones. Lo cierto es que las noticias en las últimas horas son bastante mejores. La previsión ha dado un giro para bien, lo que no significa que todas las amenazas estén libradas. Ni mucho menos.

Hace apenas 24 horas lo de jugar el jueves parecía casi una quimera. El radar informaba de lluvia a cascoporro e, incluso, tormenta eléctrica. Por si fuera poco, se anunciaba también más lluvia para el viernes. Tanto es así que el peligro de que no completar los cuatro días era muy real. El margen para acabar el domingo es de seis horas de suspensión. No hay más. Todo lo que supere esa cifra significaría terminar el lunes o reducir a 54 hoyos.

La predicción ha cambiado y ha dado un respiro, aunque no todo son buenas noticias. El radar no arroja ya tanta agua, sigue manteniendo lluvia el jueves, menos, y ha desaparecido el viernes, pero aparece ahora en el horizonte el riesgo del viento. Según la predicción, el jueves se podrían alcanzar rachas de casi 70 kilómetros por hora. Una barbaridad. ¿Se puede jugar en estas condiciones? Pues en el DP World Tour y en el Real Club de Sotogrande están haciendo todo lo posible. Hay plan A, plan B, plan C y hasta plan D según vaya viniendo el tiempo.

Precisamente, la irrupción del factor viento ha obligado a recordar una frase tan popular en los años 80 y 90 como la de «echa el freno, Madaleno». No sé sabe exactamente cuál es el origen de esta expresión, pero refleja a la perfección la escena que se ha vivido esta mañana, poco después del amanecer, en Sotogrande. Se ha medido con el stimpmeter la velocidad de los greenes y alguno se ha puesto lívido. Estaban a doce con todo el rocío de la mañana bien asentado en la hierba. Es decir, que sin rocío se iban fácilmente a trece.

Ahí ha sido cuando todos han decidido parar. No queda otra que ralentizar los greenes para que, en caso de que llegue el viento que se espera el jueves y viernes, el primer día del suroeste y el segundo del noroeste, se pueda jugar. Ya saben que en cuanto las bolas se muevan en los greenes por acción del viento cuando debían estar paradas, el juego se debe suspender. Nadie quiere eso.

De este modo, en principio los greenes ni se van a cortar ni se les va a pasar el rodillo hoy y mañana. Se van a dejar un poco más altos para que sean jugables. Se encuentran en perfecto estado y se espera que sea suficiente para que se pueda celebrar el torneo con normalidad a pesar de que llegue el viento. Trabajo de cirujanos y muy pocas horas de sueño para tener previsto algo tan imprevisto como el tiempo en la zona del Campo de Gibraltar.

Igualmente, se ha pedido a todos los operarios del torneo que refuercen la instalación de las carpas para evitar problemas con el viento. No están siendo horas fáciles, pero se mantiene firma la convicción de vamos a tener un torneazo esta semana en Sotogrande.