Tyrrell Hatton (-9) y Rory McIlroy (-7), precisamente estos dos miuras, han firmado hoy el mejor registro en la segunda jornada del Slync.io Dubai Desert Classic, sendos cartones de 66 golpes que los sitúan, sobre todo al inglés, en la lanzadera de cara al fin de semana. Hoy, el Majlis course del Emirates Golf Club estaba todavía más serio y amenazante. Los greenes, según iba pasando el día, provocaban más vértigo por su dureza, sobre todo cuando tocaba tratar de cazarlos desde el rough, porque se hacía casi imposible controlar las distancias y parar la bola.
Pero ambos, Tyrrell y Hatton, tienen golf para aburrir. Recursos para dar y tomar. No descubrimos nada, así que tampoco causa excesiva sorpresa su remontada. El inglés, situado ya a dos golpes del líder, Justin Harding (-11), ha venido hoy a reclamar el trono de las Rolex Series para él solito, porque ahora mismo lo comparte con un tal Jon Rahm. Cada cual ha ganado cuatro y Hatton aspira a desempatar este mismo domingo.
(Abramos en este punto un paréntesis chovinista: habría argumentos sobrados para mantener a Jon en el trono, incluso aunque Hatton ganara esta semana, puesto que el ‘índice de conversión’ del vasco en las Rolex Series no tiene parangón. De hecho, es abracadabrante. A saber: Jon ha ganado cuatro en diez intentos, ha pasado todos los cortes, suma ocho top 5 y nueve top ten en esos diez intentos y su peor resultado es un 15º… Hatton, por su parte, ha obtenido sus cuatro triunfos en 23 intentos y, además de las cuatro victorias, sólo suma tres top ten más. Quede constancia del dato).
Sergio marchaba junto a Hatton pasando las de Caín, sin llegar en ningún momento a sentir que tenía la vuelta y el juego bajo control, mientras que su compañero de equipo en la Ryder mostraba exactamente la cara contraria: todo lo que podía salir bien, salía mejor, como ese aprochito que embocaba para birdie en el hoyo 14 a más de treinta metros de la bandera. Cuando Hatton viene así de enchufado uno llega a creer que es capaz casi de cualquier cosa y desde luego no es casualidad que lleve a más de seis años prácticamente dentro del top 25 mundial.
En cuanto a Rory… El jueves dio la de arena. Hoy la de cal. Y mañana veremos que toca, pero tampoco nos perdamos en los vericuetos de este aparente limbo de irregularidad, porque resulta que este tipo es tan bueno, tan bueno, que en realidad hace parecer mediocre un duodécimo puesto, como el que por ejemplo sacaba la semana pasada en Abu Dhabi.
Es palpable que las opciones españolas han quedado hoy casi aniquiladas (y sin el casi), en una jornada tozuda y rabiosamente enrevesada para los nuestros (ninguno de los diez en liza conseguía ganar al campo, aunque siete hayan pasado el corte). Pero lo real y cierto es que el torneo está apasionante. No hay más que repasar el top ten de la clasificación para certificarlos: Harding, Hatton, Van Rooyen, Zanotti, Hansen, Meronk, McIlroy, Hovland, Bland, Fleetwood, Horsfield, Casey, Westwood y Armitage. Ya lo ven, hasta siete ingleses en la pomada y un Thomas Pieters (-5), ganador la semana pasada, que todavía tendrá mañana una postrera oportunidad de meterse en la pelea. Y es que en ese aspecto sí que no hay discusión: Inglaterra suma hasta la fecha catorce triunfos en las Rolex Series y su ‘inmediato’ perseguidor es España, que atesora cinco.
