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El día que Seve fue descalificado del US Open por no llegar a tiempo

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Severiano Ballesteros en Royal Birkdale 1976.
Severiano Ballesteros

La vida golfística de Severiano Ballesteros está plagada de buenos momentos, de triunfos, de golpes mágicos y de recuerdos bonitos que nos quedan a todos en la memoria a la hora de acordarnos del genio de Pedreña. Pero, como toda carrera profesional, tiene también malos momentos que, aunque por la grandeza de alguien como Seve se magnifican y pasan a los libros de historia.

Hoy vamos a rememorar uno de esos momentos, más curioso que malo si se analiza con la perspectiva del tiempo, y es algo que seguro le ha ocurrido a muchos jugadores, pero a Seve le fue a pasar en el momento menos indicado.

Todo ocurrió durante el US Open de 1980, que se disputaba en la mítica sede de Baltusrol, Nueva Jersey, torneo al que Ballesteros llegaba como gran favorito tras haber conquistado ese mismo año el Masters de Augusta, y meses antes el Open Británico de 1979.

VÍDEO | Golf para el confinamiento: el British de Seve en 1979

En su cabeza también estaba la idea de revancha con este mismo torneo, pues en la edición anterior había fallado el corte, algo no muy habitual en los años pletóricos de Severiano.

El intento de conquistar el US Open no empezó nada bien, pues Ballesteros tuvo una mala primera jornada en la que entregó una tarjeta de 75 golpes (+5), 12 más que el dúo de líderes del jueves, Tom Weiskopf y el gran Jack Nicklaus, que completaría una semana mágica siendo líder de jueves a domingo y consiguiendo su cuarto Abierto de los Estados Unidos.

Pero si el jueves fue malo para el de Pedreña, el viernes ya fue horroroso, pues un error a la hora de mirar los horarios de la segunda ronda hizo que no llegara a tiempo al tee de salida, donde esperaban sus compañeros de partido, Hale Irwin (defensor del título) y un joven Mark O’Meara (ganador del US Amateur meses antes).

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Fue tremenda la incertidumbre que se vivió en el tee del 1 de Baltusrol durante ese rato, esperando a ver si el gran Seve llegaba, tanto que los árbitros avisaron a Irwin y O´Meara que Seve tenía de margen hasta que ellos terminaran el primer hoyo, a partir de ahí sería descalificado.

Fue entonces cuando se vivió uno de los hechos más curiosos de la historia del golf, cuando ambos, por respeto a Seve, jugaron el hoyo a velocidad de tortuga, haciendo lo posible para que el tiempo no pasara y apareciera Severiano a jugar con ellos.

Mientras tanto, Seve llegó al club, y pudo haber llegado a tiempo, pero al no ser consciente de tal retraso, siguió su rutina y se fue al vestuario a cambiar sus zapatos, y fue entonces cuando le avisaron de la situación. Corrió para llegar al tee, pero ya era demasiado tarde y los oficiales tuvieron que descalificarle, lo que supuso un duro golpe para el torneo y para los aficionados, pues se quedaban sin ver al que seguramente fuera el jugador que más valor daba a esa entrada que habían pagado. Se quedaban sin gran parte del show, sin muchos golpes imposibles y sin el carisma de Seve, sin importar que la victoria estuviera casi imposible tras la primera jornada.

Finalmente, el torneo lo ganó Nicklaus con un nuevo récord del torneo de 272 golpes, aunque todos recuerdan aquel US Open de 1980 como el de la descalificación de Ballesteros. Por cierto, Seve y el US Open volvieron a Baltusrol en 1993, pero la maldición no se pudo revertir, pues falló el corte. Sin duda, un campo maldito para el golfista más laureado de la historia de España.