La segunda ronda del Abu Dhabi HSBC Championship ha dejado ya una buena ristra de nombres importantes fuera del corte, y eso que esta crónica está escrita mediada la ronda, cuando aún queda todo el turno de tarde por acabar. Sea como fuere, la lista de bajas es ya notable. Una ilustre escabechina que incluye a Danny Willett, Eddie Pepperell, Ian Poulter, Bryson DeChambeau, Andrea Pavan y Pablo Larrazábal, entre otros. Una cosa seria.
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Sin embargo, a quien no le ha afectado esta criba es a Matthew Fitzpatrick (-9). El asunto, desde luego, no iba con él. El inglés se ha dedicado a lo suyo en un campo de Abu Dhabi al que le ha cogido el gusto tras varios encontronazos en los primeros años. Debutó aquí en 2015 y falló el corte, fue 26º en 2016 y falló de nuevo el corte en 2017. Ahí terminaron las malas noticias. En 2018, su última participación, acabó en el puesto tercero, luchando por la victoria hasta el final contra un iluminado Tommy Fleetwood.
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Fitzpatrick, el jugador que nunca deslumbra y del que parece imposible enamorarse, al menos a primera vista, no hace más que callar bocas semana a semana. Su final de 2019 fue muy bueno. En sus cinco últimos torneos cosechó cuatro top ten, tres en torneos Rolex Series (Italia, Turquía y DP World Tour) y uno en el WGC HSBC Champions. Está claro que no ha perdido ese buen estado de forma en este inicio de 2020.
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Decimos que Fitpaztrick le ha cogido gusto a Abu Dhabi porque así lo dicen los números. Acumula seis vueltas consecutivas bajo par, cinco de ellas por debajo de 70 golpes, y su parcial en los últimos 72 hoyos es de -21, una cifra con la que podría ganar aquí casi cada año. La historia ha dicho frecuentemente que Abu Dhabi es un campo especialmente bueno para los pegadores, pero Fitzpatrick nunca se ha arredrado en estas circunstancias. Siempre encuentra la manera de competir con unos hierros largos explosivos y un juego corto (approach y putt) excepcionales.
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Es curioso el particular idilio de Fitzpatrick con el hoyo 18. Le ha hecho birdie once de las catorce veces que los ha jugado en su carrera, incluidas las seis últimas. Le tiene cogida la medida. Otra demostración que no sólo de ‘drivazos’ vive el golfista en los pares 5.
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Hay que recordar que uno de los grandes objetivos de Fitzpatrick es regresar a la Ryder. De momento está metido en el equipo por el ranking mundial. Una victoria aquí sería un gran espaldarazo, aunque aún queda mucho para eso. Fitpaztrick tiene un golpe sobre Haotong Li, dos sobre Kurt Kitayama y Lee Westwood y tres sobre Thomas Pieters, en cuanto a los que ya han terminado por la mañana.
