Adrián Otaegui (-11), líder en solitario en Qatar después de firmar un 66 en la segunda jornada, se nos está haciendo de granito. Más o menos brillante, pero consistente por encima de todo. Así se define hasta hoy su año 2018. El joven vasco finalizaba con tres birdies en el Doha Golf Club para alcanzar la cabeza de una comprimida clasificación y ganarse una plaza en el partido estelar del sábado.
Otaegui mira al futuro con ojos de desafío y sus metas son ambiciosas
En ese final eléctrico se concentra un buen ejemplo de sus características y de su evolución: juego corto muy fino (aprochito magnífico que dejaba dado el birdie en el 16); mayor determinación en la toma de decisiones (el tirazo en el 17, par 3, picando corto en una bandera corta, es una buena muestra); y algo de más pegada con el driver (como corrobora su potente salida en el 18). De un tiempo a esta parte, además, seguramente desde que ganó el pasado verano el Paul Lawrie Match Play, mira al futuro con ojos de desafío y sus metas son ambiciosas. Le queda pasar este tipo de reválidas, las del fin de semana, pero no hay nada como ponerse pesado y no dejar de llamar a la puerta, porque la semana pasada él ya rondó la presa en Omán…
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Otaegui ha recogido el testigo de Álvaro Quirós (-8) en otra jornada fantástica para el golf español. Porque el andaluz, sin ir más lejos, se ha mantenido en la parte alta a pesar de no haber sido capaz de desplegar su mejor juego (“ha sido una vergüenza de golpe”, exclamaba ante las cámaras después de pegar el segundo disparo en el hoyo 9, par 5, el último de su vuelta, aunque el resultado del tiro ciertamente no fuera tan malo).
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La producción de birdies de Larrazábal, hasta siete, ha sido sobresaliente
No acaba aquí la cosa, ya que Pablo Larrazábal (-9) está metido en la pomada hasta las cejas, a sólo dos golpes del liderato. Un dato interesante acerca del barcelonés: es la primera vez en toda su carrera (y esta es la décima edición que juega del torneo) que encadena dos vueltas por debajo de 70 golpes en el Doha Golf Club, un campo al que no terminaba de exprimirle todo el jugo. Hoy han caído en la tarjeta los primeros bogeys, pero su producción de birdies, hasta siete, ha sido sobresaliente. Ver ahí arriba a Larrazábal siempre es una garantía y además viene con carrerilla…
Gonzalo Fernández Castaño (-8) es de momento la cuarta gran opción de triunfo de cara al fin de semana. Pero todavía podrían añadirse a la pelea Scott Fernández (-5) y Nacho Elvira (-4), porque la diferencia entre la cabeza y los que han pasado el corte justito es sólo de siete golpes. Y este sábado, además, se espera un día algo más ventoso… Gonzalo ha construido otra notable ronda y, sobe todo, se ha mantenido paciente y centrado ante las complicaciones, como esos dos bogeys consecutivos en la recta final de la vuelta, hoyos 14 y 15.
Hay que celebrar, asimismo, el hecho de que Elvira haya pasado el corte después de haber fallado los últimos cuatro. Es un primer guiño, un avance, pero quizá el más importante, porque las dinámicas negativas en el golf profesional se convierten rápidamente en pozos profundos y negros. Y también la actuación de Scott, que superaba con nota una prueba complicada, como es la de hacer dos bogeys consecutivos en dos pares 5, hoyos 9 y 10. En ese momento peligraba el corte y él lo sabía perfectamente, pero lejos de sentir la presión sacaba a pasear su mejor juego. Magnífica señal.
