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Un hierro 8 bajito al draw y muchos redaños

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Alejandro Cañizares. (© Golffile | Thos Caffrey)

Alejandro Cañizares tenía más rabia que desazón tras el hoyo 13 de su segunda ronda en el Australian PGA Championship. No se explicaba cómo podía estar a tres golpes del corte tal y como le estaba pegando a la bola. No era lógico. Y así se lo dijo a Jan, su caddie. No es precisamente Cañizares un jugador muy benévolo con su swing, más bien al contrario. Tiene un nivel de autoexigencia alto, tanto que a veces se puede disfrazar de cierto pesimismo, aunque está trabajando para corregirlo. De lo que no hay ninguna duda es de que si siente que le está pegando bien a la bola, es que es así, no se engaña con esas cosas. No es complaciente.

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Aún quedaban cinco hoyos por delante y se negó a tirar la toalla. La realidad es que algún golpe malo por aquí y por allá le estaban arruinando un torneo en el que sentía que podía y debía estar más arriba. Quizá, precisamente al pensar eso, entró en un estado de calma absoluto. Jugó los últimos cuatro hoyos con una paz interior que no había tenido en toda la vuelta y pegó un tirazo detrás de otro.

“No sé si le he echado mucho valor o es que ya no había más remedio, esas cosas nunca se saben, pero estoy contento y con ganas de hacer dos buenas vueltas el fin de semana”

“En el hoyo 15, par 5, pegué un híbrido muy bueno desde el rough, por encima de los árboles, y la dejé a principio de green. Tenía 30 metros al hoyo y saqué dos putts. Birdie. En el 16, par 3, pegué un muy buen hierro 8, la dejé un poco corta y se me escapó el putt”, relata Cañi a Tengolf desde Australia.

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Le quedaban dos hoyos y necesitaba dos birdies… Pim, pam. “En el 17 salí muy bien con el drive y pegué un gran hierro 9, a dos metros y medio del hoyo. Dentro. Y en el 18 tuve un poco de suerte… Mi salida se fue un poco por la derecha y parecía directa a un búnker, sin embargo botó justo antes, lo saltó y terminó en la calle. Tenía 170 yardas al hoyo y viento en contra y dudaba entre el hierro 7 y el 8. La bola estaba volando bastante, así que pegué el 8 y salió muy bien, bajita y al draw (efecto de derecha a izquierda). Acabó a cuatro metros y metí el putt. No sabía si sería suficiente para entrar en el corte, así que cuando me enteré me puse muy contento”, explica.

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Lo más positivo es que Cañi se ha ganado dos vueltas más al RACV Royal Pines y está convencido de que le puede hacer pocas. Está jugando muy bien y ya no tiene la presión del corte. Su objetivo ahora es conseguir jugar los 18 hoyos del sábado con el mismo estado de calma que los últimos de hoy. “No sé si le he echado mucho valor o es que ya no había más remedio, esas cosas nunca se saben, pero estoy contento y con ganas de hacer dos buenas vueltas el fin de semana”, remata.

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