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«Nunca he sentido tanta adrenalina en un campo de golf como hoy»

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Hoyo 1: Este el primer golpe oficial que se ha dado en España en 51 días. © Cristian Siverio

Se llama Cristian Siverio, es natural de La Gomera, tiene 27 años y hoy ha sido la envidia de toda la España golfística. Toda, claro, menos los otros 15 que han salido a jugar hoy en Tecina Golf, el primer campo que ha podido abrir sus puertas en nuestro país al encontrarse la pequeña isla canaria ya en la Fase 1.

La vuelta de golf de Siverio ha sido histórica. Se ha convertido en el primer golfista en volver a jugar en España tras el cierre total por Coronavirus. Poco antes de las ocho de la mañana llegaba al club con una mezcla de sensaciones. Ilusión y un cierto temor. Ilusión por volver a jugar y temor o incertidumbre porque no tenía seguro al ciento por ciento que el club estuviera abierto y porque no sabía como iba a responder su swing después de más de sesenta días sin tocar un palo. Es hándicap 3,6, por lo que se pueden imaginar que su nivel de exigencia es muy alto.

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«Quería ser de los primeros en volver a jugar al golf y por eso he venido muy pronto. Me han dado la salida a las 8.20, he esperado en el aparcamiento y me he ido directo al tee del 1. Estaba nervioso. Bastante nervioso. He llegado frío, sin dar una sola bola, ni calentar, porque el campo de prácticas está cerrado, y no sabía cómo iba a salir la cosa. Yo le pego fuerte al drive, pero no siempre va muy recto. Si llega a haber gente en el tee del 1 no sé lo que habría pasado. Era el primero, era consciente y lo quería hacer bien. Por suerte, me ha salido un golpe muy bueno, hasta los compañeros se han quedado con la boca abierta. La toqué muy bien y al centro de la calle», explica con una sonrisa de oreja a oreja.

En el tee del hoyo 18, con el Teide al fondo. © Cristian Siverio

Siverio ha jugado con dos hijos de Primos Pusnik, el director de Tecina Golf. Los dos niños han compartido un buggie, al pertencer a la misma unidad familiar, y él ha utilizado su propio coche. Asegura que ha hecho 77-78 golpes y Tecina es un par 71. No está nada mal si tenemos en cuenta que llevaba dos meses sin hacer un swing. «Vivo en un apartamento en La Gomera con dos habitaciones y no tengo ni siquiera espacio para el swing entero con palo», comenta entre risas.

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Cristian sabe lo que significa jugar con presión. Hace unos años, cuando era algo más joven, fue invitado a participar en un torneo del Peugeot Tour (circuito nacional de golf profesional) que se celebró en Tecina. Compartió partido con otros dos profesionales. «Aquello fue mucha presión, pero creo que hoy he sentido aún más adrenalina que aquel día. Me he sentido como un niño con un juguete nuevo. Ha sido un día increíble, me puedo imaginar a los golfistas que no han podido salir aún a jugar, seguro que me odian, lo entiendo, pero bueno, paciencia que todo llega. Me ha hecho una ilusión especial jugar hoy el primero porque fue precisamente aquí donde tuvimos el primer caso de Covid-19 en España, por lo que ser también los primeros en volver a jugar al golf es muy bonito. Además, aquí en Tecina es donde he jugado siempre al golf, es mi club de toda la vida», afirma.

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Siverio no deja escapar la oportunidad para dar las gracias a Tecina Golf y todo su equipos de trabajadores. «Hay que agradecer a la empresa que tenga el campo abierto cuando no hay muchos jugadores porque no hay turismo. El tema económico no está bien, pero ellos han apoyado esta decisión y hay que quitarse el sombrero. Es digno de admiración. Además, el campo está perfecto. Los greenes rodaban muy bien y quiero dar las gracias a todo el equipo de mantenimiento. Han hecho un gran trabajo», apunta.

Pateando en el green del hoyo 10. © Cristian Siverio

Comenzó a jugar al golf cuando tenía 12 años y sintió un flechazo. «Mis padres tenían la casa pegada al campo de golf. La separaba un muro. Nunca me interesó mucho. De hecho, el colegio al que iba ofrecía entre las actividades complementarias el golf y nunca lo pedí. Sin embargo, un día, me encaramé al muro y me puse a ver a los niños que estaban jugando. Me quedé un buen rato, hasta que el profesor me vio y me pidió que fuera. Me puso un palo de golf en las manos y hasta hoy. Después de aquello me subía al muro todos los días para que llamara el profesor. Nunca lo olvidaré. Se llamaba Juan Olmedo«, señala.

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Siverio asegura que se ha sentido muy cómodo todo el día con las normas que dicta el protocolo de juego del golf para evitar los contagios y poder practicar este deporte de la manera más segura posible. «Lo que han puesto en los hoyos está muy bien (relleno de espuma para que suba la cazoleta y la bola no se hunda) y los búnkers se pueden reparar bien con los pies. Yo he caído en tres y los he dejado después muy bien. Hay que decirle a la gente que lo haga, que por diez segundos puedes evitar fastidiar al jugador que viene por detrás», recuerda.

Al acabar de jugar se ha ido rápidamente al coche y a casa. «Es una pena no poder quedarse para comentar el día, pero son las normas y lo entiendo. Yo he respetado a rajatabla el confinamiento y pido a la gente que lo haga. Es por el bien de todos», explica. Y remata: «mañana no voy a jugar pero tengo paseo por la isla con mi mujer y mi hija, que tiene dos años, pero el miércoles estoy otra vez en el tee del 1». Hay que quitarse el mono… Por cierto, sus ídolos son Tiger Woods y Seve Ballesteros, hoy sin embargo seguro que ha sido él mismo el ídolo de mucho en España.