El sensacional golfista donostiarra Txema Olazábal, ganador de dos Masters de Augusta y cinco Ryder Cup, tiene entre sus manos en estos momentos un reto especial. Quiere dar impulso a las nuevas generaciones. Las y los jugadores que se preparan bajo sus órdenes, reciben ayuda con su planificación y asistencia técnica y física.
En estos momentos están en el equipo Borja Martín, María Villanueva, Javier Sainz, Joseba Torre, Natalia Aseguinolaza, Paula Balanzategui y Nieves Martín.
José María reconoce que aquí ahora su rol ahora es distinto al de jugador, aunque le satisface de otra manera. «Sí, es diferente. Me encanta. Siempre he procurado transmitir los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de estos años. Me lo paso fenomenal con la gente joven. Yo creo que es bonito, no solamente intentas transmitir conocimiento técnico, sino que además también valores, porque creo que eso también es muy muy importante. En ese sentido es un trabajo que me encanta, con el que disfruto un montón. Es diferente a lo que he hecho toda mi vida pero estoy muy a gusto”.
“Que alguien que ha ganado esos torneos tenga la ilusión y las ganas de que mejoremos tanto y que ponga de su parte todos los días su máxima energía y todas las ganas, es una gozada” declara Borja Martín, miembro de la golf Basque Team Olazabal Academy.
“Yo creo que saben lo duro que es competir en el alto nivel, y por eso te exigen al nivel que quieres llegar” añade María Villanueva, también golfista del proyecto de excelencia.
Empiezan a trabajar desde primera hora de la mañana en Basozabal, un campo diseñado por el propio Txema, donde meten muchísimas horas. Olazábal y el golfista profesional Pello Iguaran, caddie también de Francesco Molinari, ejercen de entrenadores técnicos y se vuelcan en el trabajo diario con los jóvenes. “A lo largo de todos estos años es la única línea que he encontrado que funciona. Yo creo que los atajos no son buenos y en este sentido lo que este deporte me ha enseñado es que lo que recibes, y no siempre, va en proporción de las horas que trabajas. He visto a gente que ha trabajado durísimo y a pesar de todo no ha conseguido llegar a lo más alto, pero yo creo que es la única forma de poder llegar ahí y de mejorar, es a base de trabajo” subraya Olazábal.
«Yo creo que los atajos no son buenos y en este sentido lo que este deporte me ha enseñado es que lo que recibes, y no siempre, va en proporción de las horas que trabajas»
El director del proyecto de excelencia es consciente de que dar el salto a profesionales requiere mucho. Sabe por lo que ha vivido directamente que es un objetivo costoso y que es vital estar preparado mentalmente. “El nivel es muy alto hoy en día. En los últimos años ha habido una evolución tremenda, la gente viene muchísimo mejor preparada, el nivel es altísimo. Ya solo el hecho de dar el paso a profesionales me parece muy valiente y lo que es muy complicado es mantenerte con una cierta regularidad. Normalmente vemos que incluso los mejores jugadores del Mundo tienen altibajos, tienen temporadas buenas, temporadas malas, pero yo creo que eso es como la vida misma; tienes momentos felices o buenos, y otros que no son tan buenos, y hay que estar preparados para eso. Yo creo que ésa es la parte más complicada y creo que la soledad también juega un papel importante. Hay que estar preparado mentalmente para esas horas de soledad, para estar lejos de casa, y no es fácil” explica Olazábal.
Preguntado por el actual nivel del golf vasco, José Mari destaca la labor de Jon Rahm pero confirma que por detrás también vienen otros jugadores y jugadoras con talento. “Tenemos un elemento extraordinario que es Jon Rahm, que está haciendo las cosas de manera excepcional. Ha sido número uno durante un montón de semanas, está siempre en lo más alto, está compitiendo con los mejores a nivel mundial y en ese sentido tenemos un jugador que es extraordinario y que si no tiene problemas físicos y lesiones, creo que tenemos Jon Rahm para bastantes años. En cuanto a la juventud, gozamos de buena salud pero estoy viendo en los últimos años que tenemos una ventana de edad donde perdemos valores o potencial muy importante entre los 14 o 15 años hasta los 19 o 20. Son cuatro o cinco años muy importantes donde sientas las bases de lo que puede ser la técnica del golf. De alguna manera tenemos que conseguir no perder ese potencial, tenemos que cuidar a ese potencial que tenemos, y yo creo que si conseguimos eso, tendremos mayores posibilidades para tener elementos grandes a nivel mundial” apunta el hondarribiarra.
Además de Jon Rahm, en los Juegos de París 2024, será difícil tener a algún otro u otra joven en competición. Ahora bien, trabajar ahora es muy importante para seguir recogiendo frutos en futuras citas olímpicas. “Con la juventud que estamos trabajando en estos momentos lo tiene difícil porque la ventana de tiempo es muy pequeña. En parcticamente cuatro años van a tener que mejorar el nivel, pasar al nivel profesional para poder estar enre los mejores del Mundo y que puedan ser seleccionados. Difícil es, pero la esperanza no la perdemos, eso desde luego, y si no es para estos próximos Juegos, para los siguientes. Por lo menos plantar la semilla que nos de opciones para que en un futuro sigamos teniendo jugadores olímpicos” concluye Olazábal.