Ayer, viernes, una vez finalizada la segunda ronda, Carlota Ciganda se marchaba a la calle de prácticas porque sus sensaciones con los hierros no habían sido las mejores. Fueron sólo veinte minutos pegando con el hierro 7. Necesitaba encontrar eso que podríamos llamar la ‘paz técnica’ consigo misma…
Y la encontró. Quizá hoy su tarjeta no lo haya mostrado de un modo rotundo hasta el tramo final (ahora iremos con ese salvaje tramo final…), pero lo cierto es que ella en el campo ya se estaba viendo mucho más sólida. El ‘score’ no terminara de fluir como era necesario para darse el domingo una buena opción de revalidar el título en el Andalucía Costa del Sol Open de España, pero ella todavía echaba cuentas camino del tee del 16, justo antes de jugar los dos pares 5 consecutivos que aguardan en el tramo final de este Alferini Golf, que ha trastocado la numeración de los hoyos para este evento (en realidad, estos dos pares 5 no son los hoyos 16 y 17, sino los hoyos 12 y 13 en la ruta habitual del campo). Se dijo la navarra: “tengo que llegar hasta el doble dígito bajo par, hasta el -10”. Y no salían tan sencillas las cuentas, puesto que marchaba -7 en ese momento…
Lo que pasa es que, para una jugadora pegadora y habitual del LPGA Tour, seamos francos, estos dos pares 5 pueden llegar a ser dos pares 4 largos…
No en vano, Carlota iba a patear para eagle en el 16 (enchufaba el putt) y también en el 17 (sacaba el birdie) y lo iba a hacer de un modo de lo más curioso, clavando las distancias en ambos hoyos. En el 16 pegaba un drive de 265 metros y se le quedaba un tiro de 169 a bandera; y en el 17 pegaba un drive de 260 metros y se le quedaba un segundo tiro de 168 metros a bandera… En ambos casos agarraba el hierro 6 y se sacaba de la manga dos excelentes tiros, para dejar la bola a menos de dos metros en el primer caso y a tres metros en el segundo. Increíble, pero cierto: hoyos gemelos y parcial exuberante (eagle-birdie) que disparaba de nuevo sus posibilidades.
Después, además, remataba con un bonus realmente inesperado. Ese birdie en el 18 pateando desde unos once metros no entraba en los planes de la jugadora, para qué nos vamos a engañar, pero el caso es que cerraba un parcial soberbio de cuatro menos en los últimos tres hoyos, más que suficiente para incluirse de nuevo entre las grandes favoritas (si es que alguna vez en toda la semana había dejado de serlo).