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Declaraciones del jugador en la previa del LIV Golf Andalucía

Sergio y la Ryder, una historia en punto muerto

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Sergio García durante la jornada de ProAm del LIV Golf Andalucía. © Jon Ferrey/LIV Golf
Sergio García durante la jornada de ProAm del LIV Golf Andalucía. © Jon Ferrey/LIV Golf

Se supone que antes o después alguien vendrá y superará el récord histórico y absoluto de Sergio García en la Ryder Cup, los 28,5 puntos que alcanzó en Whistling Straits (2021) y que campan a sus anchas y lejos de la marca anterior, aquellos 25 de Nick Faldo. Se supone, porque hay que entender que todos los récords terminan cayendo, que siempre vamos hacia adelante… Pero no es sencillo que ocurra. El jugador en activo que anda más cerca, es un decir, es Rory McIlroy, que atesora 18 puntos. A medio plazo sólo podría ser el norirlandés, ciertamente, porque en el bando estadounidense no se vislumbra ni de lejos ninguna amenaza al registro de García: los 10,5 puntos de Spieth, o los 8 de Koepka, Reed y Thomas, por citar a los que más han sumado de entre quienes podrían seguir haciéndolo, están a años luz. ¿Y Dustin Johnson, que atesora 12 puntos? Si somos honestos y realistas, cuesta hacerse a la idea de volver a verlo, en una Ryder.

A corto plazo, el único que podría superar los 28,5 de Sergio sólo podría ser el propio Sergio. Es de cajón. Pero en este punto se abre un panorama más bien sombrío, para qué engañarse. Sergio siente que todavía podría rematar su trayectoria como jugador en la Ryder con una e incluso dos participaciones más. Pero su regreso está condicionado por las sanciones del DP World Tour y en este punto el asunto anda enquistado. “Este año yo quería hacerme miembro del circuito europeo y estaba dispuesto a pagar las multas, pero después tendría todavía que cumplir una suspensión y entonces te preguntas: para qué voy a pagar la multa, que es un dineral, si luego a lo mejor todavía no puedo jugar en un año”, explica el jugador español en las horas previas al arranque de un LIV Andalucía en el que parte como favorito (mientras no se demuestre lo contrario, él es el Rey de Valderrama).

Por ese lado, la verdad, no termina de verse una salida, salvo que las partes, jugador y DP World Tour, se sentaran a negociar la cuestión de las suspensiones. Sergio no descarta que su agente se reúna con el circuito europeo, pero tampoco se le ve muy esperanzado con la posibilidad (VER VIDEO). Y el circuito europeo, por su parte, tampoco parece dispuesto, de entrada, a reconsiderar su severa posición, con esa doble vía de sanción (económica y suspensión de torneos). Guy Kinnings, recién aterrizado como jefe ejecutivo, no se ha pronunciado al respecto (en realidad, no se ha pronunciado públicamente sobre casi nada), aunque nada indica que vaya a modificar la línea ejecutiva del anterior mandatario, Keith Pelley.

Ahora mismo, por tanto, sólo se atisba una vía, que es la de que  el fondo saudí, por un lado, y el PGA Tour y DP World Tour, por otro, lleguen a ese anhelado acuerdo que modele de nuevo el gran escenario del golf mundial y también traiga consigo, como parece lógico, un indulto para los jugadores que se encuentran en la situación del español.

Sergio ha encontrado en 2024 nuevas motivaciones y desde luego se siente plenamente realizado en LIV Golf. Ha vuelto a sentir el pellizco de los majors, la llamada de las grandes citas, y no duda en acudir a las previas que sean necesarias. Pero hay una tercera pata que anda coja, la de la Ryder, y es una historia que no merece semejante final abrupto.