Kathy Whitworth debutó en el LPGA Tour en el año 1959. Jugó el calendario completo, ganó 1.217 dólares, promedió 80,3 golpes y sentó a la mesa a toda su familia. ¿Merece la pena seguir? ¿Seré lo suficientemente buena para dedicarme a esto? ¿Y si simplemente no tengo el suficiente nivel?
Estas fueron algunas de las preguntas que Kathy puso encima del tapete. Sí, en cierto modo se estaba planteando dejarlo. Su padre, dueño de una ferretería en Jal, Nuevo México, tomó la palabra y sentó las bases de un acuerdo. «Durante los próximos tres años preocúpate sólo de jugar al golf. Te vamos a dar 5.000 dólares cada temporada. Después, nos volvemos a sentar y vemos qué hacemos», recuerda el periodista Ron Sirak.
La primera victoria de Whitworth, entrenada en Texas por el mítico Harvey Pennick, casi tres años después de esa conversación que le cambió la vida. Ganó el Kelly Girls Open en 1962, aunque Kathy tiene su propia versión de lo que sucedió. «No lo gané yo, lo perdió Sandra Haynie con un tripateo en el hoyo 18″. Humildad y sinceridad.
Después de esa victoria acabó en segunda posición en tres ocasiones antes del volver a ganar en Phoenix. Su segundo triunfo fue el auténtico punto de inflexión de su carrera. Ahí descubrió que sabía ganar, que tenía un instinto especial. Libró una espectacular batalla en los nueve segundo hoyos con Mickey Wright, la gran estrella de la época.
En el hoyo 18, Whitworth tenía un segundo golpe largo, a una bandera escondida detrás del búnker. El tiro natural era a la izquierda del agujero, a la parte más ancha del green. Sin embargo, ella se dijo que para ganar había que arriesgar. En aquella época no había pizarras con los resultados y no tenía ni la más mínima idea de como iba Wright. Se la jugó, buscó el trapo, botó tres metros pasada la bandera y metió el putt. Ganó por cuatro golpes de ventaja. Rompió el cascarón.
Al año siguiente logró ocho victorias en el LPGA. Ni siquiera hubo reunión familiar. No había nada que hablar. Whitworth ganó siete veces o más durante siete años distintos de su carrera y logró al menos un triunfo en 17 años consecutivos. Acabó 93 veces en la segunda plaza. O lo que es lo mismo: fue primera o segunda en 181 ocasiones. Una locura.
Fue la primera jugadora en acumular más de un millón de dólares en ganancias en el LPGA Tour. Lo hizo en 1981. Su última victoria llegó en 1985, en el United Virgin Bank Classic. El caddie que trabajó con ella durante más tiempo señaló en una ocasión: «de cien metros hacia abajo no tira a dejarla cerca, busca meterla en el hoyo». Así hablaba de su precisión.
Whitworth murió en Nochebuena mientras cenaba con su familia. Fue de repente. Una inmensa pérdida para el golf femenino. La golfista que más veces ha ganado en la historia: 88 torneos en el LPGA Tour. Seis más que Mickey Wright y que Tiger Woods o Sam Snead en el PGA Tour.
Su único lunar fueron los Grandes. Y permítannos colocar ese ‘lunar’ con dos enormes comillas simples. Ganó seis Majors, que no está nada mal, pero acabó lejos de los 15 de Patty Berg o los 13 de Mickey Wright, su más enconada rival a lo largo de su carrera.
Se marchó Kathy Whitworth, la golfista que más rápido ha conseguido meter la pelota en el hoyo en toda la historia.
