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María Hernández, su ausencia en la Escuela y la bacteria de China

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María Hernández es la gran ausencia de la Final de la Escuela del Circuito Americano femenino. La navarra terminó la temporada en el puesto 105º de la lista de ganancias del LPGA Tour, a poco más de seis mil dólares de la cifra que hizo falta para mantener la tarjeta. Así las cosas, todo hacía pensar que acudiría a la Escuela para recuperar sus derechos de juego. Sin embargo, el destino, y más concretamente una maldita bacteria, tenía preparado otro futuro para la golfista española.

Hernández no jugará en Florida esta semana porque aún no se encuentra al ciento por ciento físicamente. Unas complicaciones derivadas de una antigua infección bacteriana le han hecho la vida imposible durante los últimos meses. Para entender la historia hay que remontarse un año atrás en el tiempo.

«Todo empezó en noviembre del año pasado en China. Estaba jugando un torneo del Ladies European Tour y me empecé a encontrar mal», recuerda la jugadora de Pamplona. Entonces, comenzó un calvario.

María jugó como pudo la Final de la Escuela del LPGA Tour y logró la machada de acabar entre las veinte primeras y recuperar la tarjeta, a pesar de que había momentos en los que no tenía apenas fuerzas ni para levantar el palo. Se hizo pruebas de todo tipo en Estados Unidos y España, pero los médicos no detectaron nada. Siguió jugando, sintiéndose mal, pero haciendo un esfuerzo por seguir con su vida normal, pensando que aquello sería pasajero aunque nunca se llegó a encontrar bien del todo.

Hernández es una jugadora fuerte y con mucho empuje. Ella tiraba para adelante, aunque las sensaciones nunca fueron buenas. La cosa se fue complicando y en septiembre empezó a encontrarse realmente mal. Aquella infección bacteriana había traído algunos efectos colaterales muy nocivos para su organismo. Ahora ya no había duda. Tenía que parar. Es más, ha estado sin coger un palo durante dos meses. «Lo peor era no saber qué tenía. Finalmente los médicos lo detectaron y pudimos ponerle un remedio, aunque me había hecho daño por dentro. Me ha costado mucho recuperarme», señala sin querer entrar en más detalles.

A principios de noviembre volvió a entrenarse poco a poco. Ha estado todo el mes en San Diego, con su entrenador, recuperando el tono físico de manera paulatina. Hernández se encuentra ya mucho mejor. «Ya veo la luz al final del túnel, es más, creo que estoy casi fuera del túnel», afirma. Sin embargo, aún era muy pronto para acudir a la Final de la Escuela.

De este modo, María ha decidido tomárselo con calma. Se va a recuperar por completo y después volverá a jugar. «Por suerte no tengo problemas para hacerme un calendario completo. Tengo tarjeta en el Ladies European Tour y también puedo jugar algunos torneos del LPGA al haber terminado en el puesto 105º, así que eso es lo que jugaré», afirma.

Su fuerza de voluntad, eso sí, está intacta. «Son cosas que pasan, qué le vamos a hacer. No pasa nada, voy a poder jugar y hay que mirar hacia delante. Todo se puede superar», asegura.