La USGA sacó las uñas en la tercera jornada del US Open. Apretó las tuercas del Sebonack Golf Club al máximo y planteó un desafío descomunal para las jugadoras. Jornada de supervivencia en toda regla. Sálvese quien pueda.
Señoras y señoritas, esto es un US Open y toca sufrir. La escabechina fue gigantesca. La USGA decidió que el sábado se jugara el recorrido con todos los metros posibles. Largo como un día sin pan en una jornada ventosa en Long Island y con unas banderas algo más que puñeteras. Un examen monstruoso que sólo fue capaz de aprobar una jugadora. Una iluminada. Quién si no. Inbee Park.
La Número Uno del mundo hizo 71 golpes, la única ronda bajo par en todo el día, cuatro birdies y tres bogeys, con un nueva exhibición con el putt. No hay ninguna duda de por qué es la Número Uno. No, no es casualidad. Tres rondas bajo par en el US Open, la mejor ronda cada día y llega al domingo con cuatro golpes de ventaja sobre In Kyung Kim y siete sobre la tercera clasificada, la inglesa Jodi Ewart. Asombroso.
Park tuvo tiempo ayer de desplegar una alfombra roja por la que debería pasearse este domingo a la caza y captura del récord de Babe Zaharias de 1950, la última que ganó los tres primeros grandes de la temporada. El grand slam sigue en el punto de mira, aunque aún le quedarían otros dos majors por ganar: British Open y Evian Masters. Algo extraño tiene que ocurrir en la última ronda para que Inbee Park no se corone en este US Open.
Si espectacular ha sido la vuelta de la coreana, no ha andado lejos la de Azahara Muñoz (+4). La jugadora malagueña ha hecho 73 golpes, la quinta mejor tarjeta del día, y se ha encaramado a la 17ª posición, a sólo dos golpes del top ten y tres de la sexta posición. Fantástica vuelta de golf, probablemente una de las mejores de la temporada para la de San Pedro de Alcántara. Azahara estaba más que satisfecha con su juego en unas condiciones infernales. “El campo no podía estar más difícil. Ha sido una pasada”, comentaba a Ten-Golf nada más firmar la tarjeta.
Carlota Ciganda ha sufrido en sus carnes las condiciones extremas del campo. La navarra ha hecho 82 golpes (el sábado se vieron diez tarjetas por encima de 80) para un total de +14. “Ha sido un día muy duro”, confesaba. Aunque aún tiene ganas de luchar y lo dará todo el domingo. Quiere sacarse la espina de un día en el que nada le ha salido y, encima, el putt no le ha acompañado.
La USGA ya anunció que se esperaba un día muy difícil en Sebonack…
