Esto es una gesta. Lo mismo da que se haga en el PGA Tour, en el European Tour, en el Alps o en el circuito de mi pueblo. Llegar al último torneo de la temporada con la obligación de ganar para cumplir un sueño es una proeza. Y esto es lo que ha hecho el barcelonés Víctor García Broto esta semana en el Emilia-Romagna Alps Tour Grand Final. Último torneo de la temporada de la tercera división europea. Al golfista español, amateur hasta hace dos semanas, sólo le valía ganar para acabar entre los cinco primeros del ranking y lograr así la tarjeta del Challenge Tour. Pelotazo. Hazaña. Pongan ustedes el adjetivo que más les guste.
García Broto ha ganado el torneo con tres vueltas de 64, 68 y 71 golpes. Ha finalizado con -13 y ha derrotado en el desempate a Riccardo Bregoli. Ha sufrido muchísimo, pero ha merecido la pena. Bregoli hacía eagle en el último hoyo del recorrido para colocar un resultado muy exigente al que ha conseguido llegar Víctor con una tarjeta de par muy valiosa, con toda la presión del mundo. No sólo se jugaba ganar el torneo, sino su futuro el próximo. Presión descomunal.
García Broto cierra así un año de ensueño en el que ha dado el gran salto de su carrera. «Es un golfista muy sólido, falla muy poco y de esos que se merece todo lo bueno que le llegue. Es muy trabajador y, sobre todo, cree en lo que hace, no duda, va a muerte con lo que se le dice», afirma Alex Larrazábal, su entrenador en los últimos tiempos y persona clave en su salto de calidad.
Alex, que se dividía hoy siguiendo el partido de su hermano Pablo en Valderrama y el marcador online del Alps para saber como iba su joven pupilo, no duda cuando habla del futuro de García Broto. «No tengo ninguna duda de que va a llegar», señala.
Con esta victoria, la primera profesional de su carrera, Víctor ha conseguido terminar la temporada del Alps Tour en la cuarta posición, justo por detrás de Ángel Hidalgo. Otro año de éxito del golf español en el Alps rematado de manera sensacional con esta conquista. García Broto ya puede decir que es jugador del Challenge Tour. Su logro tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que este año no hay escuela del European Tour, por lo que no hay manera de lograr derechos de juego salvo de esta manera, con grandes actuaciones en los circuitos inferiores.
