La voz y el análisis de Rory McIlroy en el Arnold Palmer Invitational es hoy imprescindible. El norirlandés encadena cinco top ten consecutivos en este torneo, desde 2017 a 2021, con victoria incluida en 2018. Ha sido un fijo por tanto en todas las ecuaciones ganadoras del último lustro, a pesar incluso de haber firmado sendas tarjetas de 76 golpes en la última ronda de las dos últimas ediciones, 2020 y 2021, que se jugaron en condiciones realmente complicadas (sobre todo la de 2020, poco antes del ‘apagón’ pandémico, cuando Tyrrell Hatton se impuso con un exiguo acumulado de -4 y sólo cuatro jugadores bajaron del par).
Rory se ha ganado con toda justicia, por tanto, la etiqueta del jugador que mejor lo hace en este campo desde que finalizara la tiranía de Woods, ocho veces ganador por estos lares entre los años 2000 y 2013 (tampoco estuvo mal lo de Matt Every, que ganó en 2014 y 2015, sus dos únicas victorias en el PGA Tour y sus dos únicos top ten en este torneo; un caso realmente digno de estudio). Resulta, además, que el norirlandés, que cumplirá 33 años en apenas dos meses, se ha erigido en los últimos tiempos en una de las voces con más peso y autoridad del golf mundial, sobre todo en mitad de la tormenta desatada con el proyecto de la Super League saudí. Razón de más para prestar atención a todo lo que pueda y quiera contar acerca del presente y el futuro del golf de alta competición…
Comencemos por el asunto doméstico, que tiene que ver con su rendimiento en este torneo. Dice Rory que en este campo, en Bay Hill, siente que es capaz de llevar con mano firme el control de su resultado. Ello es, entre otras cosas, porque suele encontrar maneras sencillas de hacer muchos birdies en los pares 5. “Siento que en este campo no tengo que hacer nada especial para competir. Te tienes que preocupar de los pares 5, hacer birdies, y luego ser conservador. Tienes que hacer muchos pares y tomar los birdies en los pares 5 y alguno de los hoyos fáciles. Si haces eso, estarás arriba. Me entró por el ojo desde el primer día. Me encanta venir. Tardé en hacerlo, pero desde que vine la primera vez no he faltado”, señala.
Eso sí, lanza un aviso. “Este año han cambiado la preparación del campo. El rough alrededor de las calles es muy duro, pero además han quitado la zona de escape de los greenes, que ahora están todas ocupadas por un duro rough. Voy a tener que afinar esos golpes alrededor de los greenes para adaptarme”.
Vayamos ahora con su particular visión del futuro del golf a medio y largo plazo, una vez que el PGA Tour ha ganado una batalla más al golf saudí (que no será la última que se libre, por cierto, aunque a ello no se refiera expresamente Rory). Hay un apunte muy interesante que ha ofrecido, teniendo en cuenta que este jugador está ahora mismo muy al tanto de los planes de los grandes circuitos: “En el golf profesional deberíamos tratar de remar todos en la misma dirección, en lugar de cada uno para un lado. No es sencillo, pero estaría bien que los chicos del PGA Tour tuvieran una charla con los de la ATP simplemente para tener una conversación sobre lo que hacen… Son estructuras muy diferentes y diferentes horarios, pero creo que hay un camino que algún día podría recorrerse. Podría haber dos circuitos paralelos, que vayan uno al lado del otro, pero que básicamente sería un circuito global y un calendario global”.
Por último, cabe destacar también las palabras de McIlroy acerca del ‘affaire Mickelson’. “Ha sido y es un maravilloso embajador del golf. Es desafortunado que salieran a la luz unos comentarios que él pensaba que estaba haciendo en confianza o extraoficialmente. Phil volverá. Creo que los jugadores quieren verlo de vuelta. Todos cometemos errores. Todos decimos cosas de las que luego queremos retractarnos. Nadie es diferente en este sentido. Pero deberíamos poder cometer errores y deberíamos poder permitirnos pedir perdón y que la gente nos perdone. Y seguir adelante. Esperemos que vuelva en algún momento. Y lo hará. Y la gente le dará la bienvenida y se alegrará de que haya vuelto”.
