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Hero World Challenge | Ras de hierba de la tercera jornada

A los muchachos no les quedó más remedio que bajar al barro en Bahamas

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Victor Hovland. © Golffile | Eoin Clarke
Victor Hovland. © Golffile | Eoin Clarke

Sin duda alguna uno de los grandes protagonistas de la tercera jornada del Hero World Challenge fue el barro, teniendo en cuenta que no se permitió colocar la bola, levantarla y limpiarla. Ese barro que se pega en las bolas cuando el campo está muy húmedo, como era el caso, y que no suele ser augurio de nada bueno…

Más de uno andaba un poco escocido. Incluso, aunque hubiera firmado al final una excelente tarjeta de 66 golpes, como fue el caso de Scottie Scheffler. Le preguntaban con cierta guasa al texano si no era excitante para jugadores tan buenos como ellos hacer un gran swing y no saber exactamente a dónde iba a ir la bola… “Definitivamente excitante no es la palabra correcta. Yo diría más bien exasperante. Es frustrante pasar tanto tiempo intentando aprender a controlar la bola de golf y luego, desde el medio de la calle, no tener ni idea de a dónde va a ir la bola. Es frustrante”.

– Scheffler apuntaba una solución futura: “quizá deberían dejar limpiar la bola en la calle y no alrededor de los greenes. Establecer una línea a partir de la cual ya no puedas levantar la bola y limpiarla. Así jugamos nosotros en casa y funciona bien”. Queda anotada la sugerencia.

– Justin Thomas no parecía muy de acuerdo con el hecho de que ayer no se dejara colocar la bola. “Supongo que el hecho de estar sólo veinte jugadores les ha facilitado las cosas, pues al final de la ronda sólo tendrás que ‘aguantar’ a veinte que te protestan, y no ¡a 120!”, apuntaba con gracia. Jon Rahm, por su parte, aportaba un matiz, en el sentido de que quizá deberían consultar a los jugadores…

Como suele ocurrir en estos casos, siempre hay un suertudo, un tipo al que el barro no termina de pegársele de la misma manera en la bola o en las mismas cantidades. Ayer fue Viktor Hovland. Qué curioso, el líder destacado del torneo. “He tenido un par de situaciones en que me he encontrado barro en la bola, pero honestamente no estaban tan mal. Creo que he tenido suerte en este aspecto del juego. En el 18 tenía un poco y la bola salió un poco rara, pero es que tampoco pegué un gran tiro. Sólo he sufrido algún vuelo un poco extraño de la bola aquí y allá, pero realmente no me perjudicó mucho, desde luego no estaba tan mal como Xander (Schauffele) en el hoyo 4”, reconocía el noruego, siempre tan sincero y claro. Sería interesante ver un primer plano de esa bola de Schauffele, por cierto.

Por otro lado, explicar el 64 de Hovland en la buena suerte que corrieron sus bolas sería demasiado simple. Más bien habría que fijarse en su fiabilidad desde el tee, la ingente cantidad de golpazos que pegó y su inmenso acierto en los greenes.

¿Tenía barro la bola que Cameron Young mandó a la maleza de la derecha en el hoyo 11, par 5, cuando marchaba líder y que terminó costándole un bogey en uno de los hoyos más sencillos del campo? Que responda él: “en ese hoyo incluso con un segundo golpe mediocre puedes hacer un birdie relativamente fácil; yo pequé un buen hierro 4 y la bola, con barro, se me fue a la maleza… Eso sí ha sido duro, porque creo que en ese momento iba líder”.

Es normal que estos jugones se lamenten. Y que incluso protesten. Hace mucho tiempo que perdieron esa sensación permanente de incertidumbre que uno siente cuando está puesto encima de la bola. Alguno, quizá, ni siquiera tenía un pleno uso de razón cuando dejó de sentirla… En todo caso, sería divertido poder escuchar hoy a aquellos pioneros profesionales de mediados del Siglo XIX. Se iban a hartar de reír.

Resultados en directo del Hero World Challenge