Justin Thomas (PAR) y Brooks Koepka (+2) terminaron su primera ronda en la CJ Cup con una quemazón importante. El primero firmó un doloroso doble bogey en el hoyo 18, par 5, tras quedar injugable su salida. Un ganchazo a la izquierda lo dejó grogui y un tripateo lo terminó de mandar a la lona. Acabó lanzando la bola al agua preso de la desesperación. Mientras, Koepka se marchaba de dos al agua en ese mismo hoyo y finalizaba con bogey.
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No es el mejor sabor de boca para terminar una ronda y mucho menos cuando se te ha hecho eterna. Tanto Thomas como Koepka son jugadores rápidos, pero hoy han tenido que sufrir el auténtico suplicio de estar cinco horas y 43 minutos para completar 18 hoyos. Mucha tela. Es cierto que el campo es muy complicado, hay mucho golpe tenso, mucha decisión que tomar y los greenes duros y el rough espeso y alto no ayuda a aligerar el juego, pero aún así el ritmo es muy lento y el PGA Tour no parece dispuesto a tomar cartas en el asunto.
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La imagen de Thomas y Koepka sentados en el tee del hoyo 18, hablando como si estuvieran esperando el autobús, aguardando casi diez minutos a que Morikawa, Hovland y Schauffele despejar la pista por delante, es paradigmática. Desde luego, no es la mejor manera de regresar a la competición después de casi dos meses para Koepka. Si su cuerpo no termina de estar bien físicamente, los parones de hoy no han sido la mejor medicina. En cualquier caso, acabó satisfecho con su juego. «No me voy a quejar por un mal bote aquí o allá, es lo que hay. He jugado muy bien, muy sólido, sólo he hecho dos malos swings y lo único que me fastidia es que el resultado ha sido peor que el juego», explicó.
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Como ha quedado dicho, Shadow Creek no es un test fácil, ni mucho menos. Se ha visto en los resultados. Hatton ha firmado una grandísima vuelta de -7, y eso que se quejó del juego lento, pero el -3 es top ten y el -1 de Sergio García está en el top 25. El asunto es que el recorrido de Las Vegas es un campo de minas. Si no vas recto, los problemas se van acumulando y pueden llegar a caer números muy altos. Se han visto doble bogeys a gogó, un triple bogey a Jordan Spieth, Paul Casey o Brendon Todd y hasta un cuádruple bogey (nueve en un par 5) de Tommy Fleetwood. Las liadas están a la orden del día, pero no quita para que haya vía libre con los tiempos.
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Entre los que peor lo han pasado en Shadow Creek están Matthew Wolff (+8), Kevin Kisner (+5), Tommy Fleetwood (+5) o Matt Kuchar (+4). Un total de 31 jugadores bajaron de par, mientras que 41 finalizaron sobre par.
