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Aquellos 9,68 segundos; aquellos 10,76 segundos

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Jon Rahm celebra su triunfo el BMW Championship 2020. © BMW Championship
Jon Rahm celebra su triunfo el BMW Championship 2020. © BMW Championship

Jon Rahm ya había firmado su tarjeta, la cuarta de la semana, un deslumbrante 64 sin borrón alguno, libre de bogeys, que lo había llevado hasta lo más alto de la tabla, completando una remontada épica: después de la primera ronda, con un 75 a cuestas, el de Barrika se había situado en el puesto 51º, a ocho golpes del líder, Hideki Matsuyama; tras la segunda jornada había ganado posiciones (71 golpes y puesto 38º), pero todavía estaba a siete golpes de los líderes, Patrick Cantlay y Rory McIlroy…

Luego vendría aquel fin de semana inolvidable en el North course del Olympia Fields Country Club, donde se estaba disputando aquel BMW Championship, segundo play off de la Fedex Cup del año 2020, el de la pandemia, un torneo histórico para el golf español, hasta aquel momento huérfano de triunfos en las grandes finales del PGA Tour. Jon entregaría el mejor resultado del sábado (66), que lo llevaría hasta la sexta plaza, a tres golpes de los líderes (Dustin Johnson e Hideki Matsuyama), y de nuevo la mejor tarjeta del domingo, el citado 64, para alcanzar el liderato en solitario…

El problema era que D. J. todavía tenía que terminar su ronda. En el 17 se había salvado por los pelos, embocando un buen putt de par de metro y medio, pero todavía necesitaba el birdie en el 18 para igualar a Jon en el liderato y su salida se había ido al rough de la derecha. El rough en el recorrido de Chicago aquella semana, hagamos memoria, era más bien tenebroso, así que el asunto pintaba bien para el español. No obstante, Jon se había marchado al campo de prácticas. Para quitarse de en medio, desde luego, pero también dando por hecho que el de Carolina haría el birdie, según explicaría más tarde.

Dustin llevó la bola a green, porque Dustin es mucho Dustin, pero más bien descontrolada, así que se le había quedado a 13,17 metros del hoyo y en la plataforma de arriba, de tal modo que tenía un putt de birdie mucho más que delicado, muy cuesta abajo, en aquellos greenes que rondaban y hasta superaban una velocidad de 13 pies en el stimpmeter…

Apenas puso la bola en marcha, un ligero toque con el putter. Y el tiempo se congeló: pasaron 9,68 segundos hasta que entró en la cazoleta por todo el centro. Birdie. Había que seguir jugando en un duelo a cara de perro, ni más ni menos que entre el Número 1 del mundo del momento, el estadounidense, y el Número 2, el español.

Así fue el increíble putt con el que Dustin Johnson forzó el playoff ante Rahm

Con el desempate ya en marcha, ahora era Jon quien estaba en el rough de la derecha del 18. La bola de Johnson, cuyo tiro desde el tee tenía una pinta mucho peor, había rebotado en un árbol y reposaba en el fairway. Blanco y en botella: era el día de D. J. ¿Cómo el día? Era el día, la semana, el mes y el año de Dustin Johnson, que venía de ganar la semana anterior el Northern Trust por goleada, con un acumulado de -30 y once golpes de ventaja (¡once!) sobre su inmediato perseguidor, y que dos meses y medio después ganaría aquel Masters pandémico de noviembre, su segundo Grande, también por goleada, con cinco golpes de ventaja.

Así las cosas, con la balanza inclinada a su favor, Johnson pegaba su segundo tiro apuntando descaradamente a la izquierda de la bandera, por donde había más sitio, y su bola se quedaba en la plataforma de abajo y a unos diez metros del hoyo. ¿Demasiado conservador? A toro pasado es muy fácil decirlo, claro. El caso es que Jon, igual que Dustin había hecho media hora antes, llevaba su bola a green desde el rough, pero si la bola del estadounidense se había quedado en su momento en una posición delicada, muy complicada, la del vasco era sencillamente dramática: estaba también en la plataforma de arriba, pero a 20,23 metros del hoyo y apuntando desde un ángulo mortal de necesidad. Dustin sólo había tenido que poner la bola a rodar en una línea difusa, es cierto, pero en realidad mucho más franca; Jon tenía que calcular una caída bestial de izquierda a derecha, unida al pronunciado desnivel cuesta abajo que separaba las dos plataformas del green.

Y el tiempo volvió a congelarse. Pasaron 10,76 segundos hasta que la bola entró en la cazoleta por todo el centro. No había cuatro, cinco, seis mil personas a la vera de aquel green, como hubiera correspondido, maldita pandemia, pero los treinta o cuarenta que estaban se hicieron oír. Y Jon se hizo oír. Y Adam Hayes, su fiel escudero, se hizo oír. A Johnson, el estupor le había dibujado una sonrisa en el gesto; vaya, vaya, con el morrosko.

Jon Rahm es de otra galaxia: brutal putt para ganar el BMW Championship

Como escribimos en su día, aquí, en Tengolf: habían salido a jugar una muerte súbita Roger Federer y Rafa Nadal en la central de Wimbledon y Nadal había ganado. O Jon Rahm, que para el caso es lo mismo.

NOTA FINAL: cuando Dustin Johnson ganó por goleada el Northern Trust justo la semana anterior, además del abultado triunfo también le arrebató a Jon Rahm el Número 1 del mundo, pero aquella semana, en Chicago, Jon tenía opciones de recuperarlo… Lo hubiera conseguido de largo de no haberse empecinado D. J. en salir a jugar un desempate y acabar segundo en solitario (el español se quedó a sólo ocho centésimas del cetro en el ranking mundial).

Esta semana, de nuevo en Olympia Fields, de nuevo en el BMW Championship, de nuevo en el segundo play off de la Fedex, Jon llega como Número 3 y no tiene opciones de alcanzar el Número 1 que porta Scottie Scheffler, aunque si podría terminar como Número 2, que al fin y al cabo es como salió de aquí hace tres años después de congelar el tiempo y anotarse el primer triunfo del golf español en la historia de los play offs. ¿Dónde hay que firmar?