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Arnold Palmer Invitational 2022 | PGA Tour

Arnold Palmer: los grandes favoritos sí se apuntaron a la masacre 

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Rory McIlroy
Rory McIlroy. (© Golffile | Fran Caffrey)

La tercera jornada del Arnold Palmer Invitational no ha sido exactamente una masacre (en ocasiones, en las horas previas, se nos va la mano con los sustantivos dramáticos, hay que reconocerlo), pero tampoco se ha alejado demasiado de las líneas maestras previstas, puesto que el liderato partía de un registro de -9 y se ha quedado en -7, pasando de las manos de Viktor Hovland (-6) a las de Billy Horschel (-7) y Talor Gooch (-7). Este hecho, en un torneo con jugadores de tantísimo nivel, es más que concluyente y desde luego desprende cierto aroma de US Open. 

La media de golpes ha sido de 74 golpes (74,07), por los más de 75 golpes del viernes por la tarde, pero no nos equivoquemos: Bay Hill, en realidad, se ha jugado en esta tercera ronda aún más difícil, lo que ocurre es que el viernes todavía teníamos a 120 jugadores en liza y, por tanto, a todo el vagón de cola en el que cada semana se arraciman los golfistas que peor están jugando y que elevan sobremanera las medias con sus abultadas tarjetas.

Ha soplado el viento, tal y como avisaban los partes, y los greenes se han mantenido firmes y vertiginosos (el del hoyo 18 casi daba miedo verlo; por no tener, casi no tenía ni hierba). Y no hace falta rebuscar demasiado para encontrar algunos damnificados ilustres, comenzando por el mismísimo Hovland, que hoy entregaba un cartón de 75 golpes, después de que llegó a ponerse con -10. Y continuando por los McIlroy (-3, vuelta de 76), Hatton (-1, vuelta de 78) o Casey (+2, vuelta de 77). Digamos que los grandes favoritos sí han sido masacrados, aunque algunos de ellos, como Hovland o el propio McIlroy, todavía tienen margen de maniobra para regresar el domingo.

También se avisaba de que Bay Hill aún dejaría algunas puertas entreabiertas para los jugones del día (hasta 16 jugadores han bajado del par). O para quienes se pusieran a enchufar desde todas las esquinas, si se quiere ver así. Y así ha ocurrido. Gary Woodland (-4), por ejemplo, compañero de partido de Jon Rahm (PAR), se ha metido en la pelea por el triunfo con una vuelta de 70 golpes, mientras que el español se ha quedado rezagado con su tarjeta de 74. Jon sigue sin enchufar demasiado y, además, tampoco encuentra el modo de que ocurra algo que ponga de verdad en marcha la vuelta. Otros dos que han venido desde atrás, inflándose de peces en el río revuelto, han sido Chris Kirk (-3) y Scottie Scheffler (-5), autores ambos del mejor resultado del día, tarjeta de 68 golpes. 

Mucha atención, en todo caso, porque mañana también va a soplar el viento, aunque no alcance las rachas de hoy, en torno a los 40 kilómetros por hora, y los greenes y el rough van a seguir provocando numerosos y molestísimos dolores de cabeza. No sería tan extraño, por tanto, que el resultado ganador se quedara donde está ahora mismo. A partir de aquí, que cada cual haga números. Hay que insistir: si se mira con la cabeza fría nos sigue pareciendo que Rahm se ha quedado demasiado lejos; puede que necesitara un 65 para darse alguna opción, viniendo de dónde viene, y no está este campo como para vender esta moto. En todo caso, incluso jugando sólo una por debajo del par mañana podría meterse entre los diez primeros…

De momento, los datos objetivos mandan y estos dictan que Horschel y Gooch, los componentes del partido estelar del domingo, tienen más opciones que nadie. En 27 de las últimas 26 ediciones del Arnold Palmer ha ganado el domingo un jugador que salía del top 5.

Horschel se daba un homenaje postrero embocando un putt de más de ocho metros en el 18 para auparse hasta el coliderato. Tiene oficio, experiencia y es correoso como pocos… Gooch se enfrenta probablemente a la jornada de golf más importante de su carrera hasta la fecha. Ha llegado a esta cita como número 4 de la Fedex Cup, así que muchas y variadas cosas estará haciendo bien, además de ganar por primera ve en el PGA Tour hace unos meses, en el arranque de la temporada.

No aparece entre los diez primeros en demasiadas estadísticas del presente ejercicio, pero sí lo hace en una en concreto, que mide lo cerca que deja la bola del hoyo después del primer putt… Ni que decir tiene que en los greenes de Bay Hill esta capacidad o virtud, este temple, puede ser mañana de vital importancia. 

Mientras tanto, desde una segunda fila que ya no es segunda, sino más bien primera, un tal Scottie Scheffler, pateador valiente y despreocupado donde los haya, se relame. Hace apenas tres semanas estrenaba su casillero de victorias en Phoenix… Y aquí está de nuevo. Ojo con él. 

Resultados en directo del Arnold Palmer Invitational 2022