Danny Lee es uno de los jugadores más sólidos y estables del PGA Tour en los últimos años. Quizá usted no tenga esa impresión y le parezca un golfista venido a menos, tirando a discreto y hasta gris. En cierto modo, esa manera de pensar tiene sentido. No en vano, el neocelandés irrumpió en el golf profesional como un elefante en una cacharrería. Fue el campeón del US Amateur más joven de la historia en 2008 (18 años y un mes) y apenas un año después, siendo aún amateur, ganó en Perth un torneo profesional del European Tour, estableciendo igualmente un récord de precocidad. Con estas credenciales, se esperaba que el oceánico fuera uno de los mejores del mundo en los siguientes años, algo que no ha sucedido.
Que no esa uno de los mejores, su clasificación más alta en el ranking mundial fue 34º, no quita que sea un extraordinario jugador. En 2012 consiguió por primera vez la tarjeta del PGA Tour, la perdió ese mismo año y la recuperó en 2014. Desde entonces no ha tenido ningún problema para mantenerse año tras año en el mejor circuito del mundo. Todas las temporadas ha terminado entre los 100 mejores de la FedEx Cup… menos la última. Su último top ten fue en el Arnold Palmer Invitational de 2020 y de los 22 torneos que ha jugado en 2021 ha pasado el corte en ocho ocasiones. Estos malos resultados están íntimamente relacionados con una dolorosa lesión en una costilla que le ha hecho abandonar, por ejemplo, en tres torneos en los últimos seis meses.
Necesita un segundo puesto en solitario en Bermuda para mantener la tarjeta del PGA Tour
Esta lesión es lo que le permite ahora jugar con una exención médica. Tiene tres torneos, incluyendo el de esta semana en Bermuda, para sumar 289 puntos y mantener la tarjeta. Lee marcha segundo en solitario a falta de 18 hoyos. Está a tres golpes del liderato que ocupa Taylor Pendrith. Precisamente, un segundo en solitario es lo que necesita para asegurarse su novena temporada consecutiva en el PGA Tour. Si acaba más abajo tendrá dos oportunidades más para alcanzar esos ansiados 289 puntos. En definitiva, está contra la espalda y la pared.
Danny Lee, que ganó el Greenbrier Classic en 2015, es obviamente aún muy joven. Apenas tiene 31 años a pesar de la enorme experiencia que atesora en los grandes circuitos. La asignatura pendiente de su carrera han sido, sin duda, los Grandes. Sólo ha jugado doce y su mejor resultado es un 17º en el Masters de Augusta de 2016. En el Open Championship, por ejemplo, no ha sido capaz de pasar el corte.
