Bryson DeChambeau no lo dijo, pero sólo había que ver la expresión de su cara para saber que la de ayer fue la victoria más importante de las siete que suma en su carrera entre el PGA Tour y el European Tour. No por la entidad del torneo, ya que antes ganó dos playoffs de la FedEx Cup o el Memorial, por ejemplo, sino por lo que supone en el proceso brutal de transformación que ha sometido a su cuerpo y su swing en los últimos meses. «Me gustaría que este triunfo pudiera servir de inspiración para otras personas. La moraleja es que si preparas tu mente de manera adecuada puedes conseguir todo lo que te propongas. Necesitas mucho trabajo y averiguar cosas que desconocías e incluso no entendías al principio, pero si crees en lo que haces y te sacrificas puedes llegar a un final fantástico», explica.
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La victoria no va a ser una excusa para bajar la guardia en el plan que tiene DeChambeau en su cabeza. Su celebración tras levantar el trofeo del Rocket Mortgage Classic lo dice todo. «Me tomaré un filete con patatas, que es lo que más me gusta para cenar, y un par de batidos de proteínas», señaló ayer. Nada lo va a sacar de su camino, ni siquiera un éxito tan temprano como éste. De hecho, este lunes tenía cita en Denver, Colorado, con su preparador físico para seguir machacando su cuerpo. «Estoy contento como estoy ahora mismo, este nivel está muy bien, pero mi objetivo es ser tan grande y fuerte como pueda y hay que seguir trabajando. He quedado con Greg Roskopf para seguir el plan y con la gente de NeuroPeak para entrenar la mente. Hay que seguir trabajando», asegura DeChambeau.
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Su cabeza no para de pensar en qué puede hacer para seguir mejorando a todos los niveles. Hemos hablado de la parte física y mental, pero tampoco se queda atrás la cuestión técnica. DeChambeau ya se ha puesto un reto por delante. «Tengo que mejorar a todos los niveles, el drive se puede mejorar, el putt, pero mi siguiente gran objetivo es trabajar los hierros para controlar las distancias. Ahora tengo un hueco entre palos de 15 yardas, cuando antes era de doce. Me tengo que adaptar a esto para controlarlo mejor y es en lo que me voy a centrar ahora», explicó.
El golfista de California está convencido de que este Rocket Mortgage Classic ha sido una prueba de fuego extraordinaria para los Grandes. «Me llevo dos cosas de esta semana. La primera es que he sido capaz de pegar drives muy largos a zonas muy estrechas en momentos de mucha presión, como en el 18 o en el hoyo 7 y el 17. Eso va a ser muy bueno para cuando lleguen los Majors. Lo otro es que ha sido una semana de wedges. Es el palo que más he pegado de segundo y yo no soy precisamente el mejor del mundo en esta parcela. Haber podido ganar de tantas pegando tanto wedge me va a dar mucha confianza», apuntó.
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DeChambeau recalcó que el momento clave de la última ronda fue el birdie del hoyo 16. «Me quedé en shock cuando mandé la bola al agua en el hoyo 14. Estaba convencido de que no llegaba a las rocas, pero botó muy fuerte y rodó mucho más de lo que yo podía imaginar. Sabía que tenía que hacer birdie en el 16 y que podía acabar con tres birdies consecutivos. Ese putt fue muy importante y no era fácil», afirmó.
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Por último, quiso zanjar su polémica con el cámara de televisión del sábado. «Creo que no se entendió muy bien lo que quise decir. Respeto muchísimo su trabajo, pero me pareció raro que estuviera un minuto seguido grabándome. Lo hablamos y se acabó. No hay ningún problema. Aprecio muchísimo el trabajo que hacen todos para proporcionar entretenimiento a los aficionados».
