En sólo siete hoyos, Tiger Woods dejó dos detalles muy reveladores de hasta dónde llega su gen ganador. Son dos momentos muy concretos de su vuelta que explican perfectamente la importancia que puede tener en el desenlace de un torneo hasta las cosas más imperceptibles. Tiger, desde luego, demuestra que las tiene en cuenta y juega con ellas.
La primera escena sucedió en el hoyo 14. Tiger arrancó con bogey en el 12 y Matsuyama se colocó a dos golpes. Acto seguido, al norteamericano se le escapa un putt de birdie muy cómodo de dos metros en el 13. Mientras, Matsuyama se deja una opción de birdie de dos metros en el 14. Se puede poner a un golpe y dar un giro trascendente al ZOZO Championship.
TIGER WOODS: “Ahora sí me veo jugando hasta los 52 años”
Pues bien, nos situamos precisamente en la calle del hoyo 14 para contar esta historia. Woods ha conectado una buena salida y se dispone a pegar su segundo golpe. El partido de delante, donde está Matsuyama, ya se encuentra en el green, por lo que no hay ningún impedimento para que ejecute el segundo golpe. El 14 es un par 5 largo y no había manera este lunes de llegar a green de dos.
Sin embargo, Woods decide retrasar deliberadamente su segundo golpe, nada alarmante, sólo unos cuantos segundos más, jugando con el tiempo que se les da a los jugadores para cada golpe, a la espera de que Matsuyama tiré su putt de birdie. “Quería ver qué hacía antes de golpear yo. Cuando vi que se le escapó el birdie, mi segundo golpe de colocación fue mucho más sencillo”, asegura. A esto se le llama medir los tiempos y tener en cuenta todos los factores. Woods es de los que prefiere tener toda la información y después tomar una decisión.
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Después de esto, Tiger hacía birdie en el 14 y volvía a colocar la ventaja en tres golpes. Por cierto, para embocar su putt, de unos tres metros, fue decisiva la información que le dio previamente el putt que tiró Keegan Bradley y que tenía una línea parecida. Concentración, atención y toda la información posible.
CRÓNICA: 82 VECES TIGER WOODS
El segundo detalle que nos ayuda a entender cómo entiende la competición el gran campeón californiano, ocurrió en el green del hoyo 17. Nos ponemos en situación. La ventaja de Woods se vuelve a reducir a dos golpes tras el birdie de Matsuyama en el hoyo 16. Es un escenario cómodo, pero aún no es definitivo, ya que el hoyo 18 es un par 5 al que se puede llegar de dos y donde no es nada descabellado hacer eagle.
Así, para tener toda la información posible, Tiger, mientras camina hacia el green del hoyo 17, fija su mirada en el tee del 18, donde Matsuyama está a punto de pegar su golpe de salida. Woods quiere saber y no le quita ojo. El japonés pega y hace un gesto raro. “Ya sabía que no le había gustado el golpe y por su movimiento intuí que estaba a la derecha, seguramente en el búnker. Entonces, pensé que con dos pares me podía servir para ganar el torneo”, explicó. Finalmente, no hizo dos pares, sino un par y un birdie y acabó ganando con tres golpes de ventaja.
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Estas dos anécdotas concretas desveladas por el propio campeón nos deja ver a un golfista que está pendiente de todo cuando compite. Seguro que habrán escuchado más de una vez a los profesionales decir que sólo están centrados en su juego, en el golpe que tienen por delante y que ni siquiera miran los tableros de resultados o el swing de los contrincantes. Pues bien, Tiger, desde luego, no es así… Cuando más sabe, más seguro se encuentra. Igual, por detalles de este tipo, podemos entender mejor cómo ha podido llegar a las 82 victorias en el PGA Tour antes de cumplir 44 años.
Aunque no venga a cuento de este artículo…¿No es llamativa la temporada de Matteo Manasero? ¿Le sucede algo en concreto?
Un saludo!