– Sahith Theegala sintió algo raro en su segundo golpe del hoyo 3. Estaba en el búnker de calle y tuvo la impresión de que rozó la arena en el backswing en pleno movimiento para golpear la bola. fue algo casi imperceptible. De hecho, no estaba completamente seguro. No lo vio, lo sintió. No estaba tranquilo con lo sucedido. Lo primero que hizo fue avisar a Xander Schauffele, su compañero de partido. Le explicó lo que había pasado, le dijo que estaba al 85-90 por ciento seguro de que había rozado la arena, pero no lo podía confirmar por completo. En cualquier caso, los dos llegaron a la conclusión de que no había intención alguna y que en ningún caso había mejorado el lie de la bola, su posición en el búnker. Schauffele le dio su visto bueno y podría haber seguido jugando sin más, pero Theegala no se quedó conforme. Su conciencia no le dejaba en paz.
Al llegar al green del hoyo 3 pidió la asistencia de un árbitro y le explicó lo ocurrido. Mismas palabras que a Schauffele. «Llevo toda mi vida jugando a esto y estoy casi seguro de que algo de arena he tocado, igual dos o tres granos, pero algo he rozado. Eso sí, no había intención y, desde luego, creo que no he mejorado la situación de la bola», explicó. El árbitro, lógicamente, aplicó el reglamento. «Lo siento», le dijo a Sahith. «La intención no cuenta y en el momento que mueves arena por detrás de tu bola, aunque sea casi imperceptible, ya estás mejorando el lie y son dos golpes de penalidad». Theegala ni siquiera estaba seguro al ciento por ciento y las imágenes no sacaban de dudas. Sólo había un plano, por detrás del jugador, y no era posible determinar con seguridad su había tocado la superficie del búnker.
Así las cosas, a falta de unas imágenes mejores, tenía que prevalecer la opinión de Theegala. «Me hubiera quedado más tranquilo con unas imágenes donde se viera perfectamente que rozaba la arena, pero no las había. Le dije al árbitro que pensaba que algo había tocado, mínimo, pero que sí había pasado. Si no llego a hablar con el árbitro creo que no habría dormido en toda la noche. He sido una situación desafortunada. Puedes tirar un palo en el búnker, incluso apoyarte en la arena, pero siempre que no sea cerca de la bola, sin embargo no puedes mover dos granos de tierra en las inmediaciones de la bola. Es la regla y se acata».
Theegala hizo lo que tenía que hacer. No hay que considerarle un héroe por cumplir con las reglas. No obstante, en los tiempos que corren de atajos y listos, ver a un jugador que, sin estar completamente seguro y tras recibir el visto bueno de su compañero, sigue hasta el final y se pone la penalidad porque en el fondo considera que es lo más justo, hay que calificarlo como una lección de honestidad. Su ejemplo debería cundir. Por cierto, Theegala marcha tercero con -17. Sin la penalidad estaría con -19, incluso con alguna remota opción de victoria este domingo.
– El que tiene todas las papeletas para ganar el Tour Championship y, por tanto, la FedEx Cup, es Scottie Scheffler. Sus cinco golpes de ventaja sobre Collin Morikawa se antojan un mundo. El Número Uno no se fía y advierte de que va a seguir jugando igual. Mismo plan. Misma concentración. No obstante, ayer al acabar su vuelta demostró que también tiene su parte de guasa, aunque a veces cueste detectarla. Le preguntó un periodista que se le había visto más desequilibrado de la cuenta al acabar algunos golpes, especialmente en los nueve primeros, si eso era algo que le preocupaba. Scottie tiró de ironía. «Oh sí, desde luego que es algo muy extraño que yo termine los golpes de una manera extraña. Es algo a lo que voy a tener que echarle un vistazo», señaló el autor del movimiento de pies más raro del golf mundial.
– Shane Lowry firmó este sábado la mejor vuelta del día en el Tour Championship. Hizo 65 golpes. No tiene ninguna opción de ganar la FedEx Cup, pero admitió que es la mejor temporada de su carrera después, obviamente de 2019, cuando ganó el Open Championship en Royal Portrush. «Me hubiera gustado ganar algún torneo individual en el PGA Tour, más allá de la victoria con Rory McIlroy en el Zurich de parejas. Sin embargo, ha sido un año muy bueno, diría que el segundo mejor después de 2019. Un buen objetivo para el domingo sería ganar el torneo a pelo, quitando la adjudicación de golpes previa según la posición nen la FedEx. Lo voy a intentar». Necesitará un gran domingo, pues está a siete golpes de Morikawa, líder sin esos golpes, y seis de Scheffler.
