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Han jugado juntos la primera ronda del RBC Canadian Open

El pacto de silencio entre Rory McIlroy y Justin Rose

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Rory McIlroy
Rory McIlroy.

No sabemos si Rory McIlroy (-1) lo puso a dedo o si fue fruto del azar, pero es evidente que el norirlandés no podía pensar en un mejor compañero de viaje para la ronda inicial de este jueves en el RBC Canadian Open que Justin Rose (-3).

Ha confesado hoy el Número 3 del mundo, al acabar la vuelta con un resultado de -1, que la rueda de prensa de ayer, donde afrontó las incómodas preguntas sobre la fusión del PGA Tour, DP World Tour y LIV Golf, fue el momento más incómodo que ha pasado en los últimos doce meses. Necesitaba centrarse de nuevo en el golf y ahí encontró al aliado idóneo.

De hecho, McIlroy y Rose han hecho un pacto de silencio. Antes de empezar a jugar, en el tee del 10, su punto de partida, han dicho que no dirían una sola palabra de la fusión ni de todos los comentarios, noticias e historias que se han dicho y escrito a consecuencia de la bomba del año. «Hoy sólo nos centramos en el golf, el campo, el juego».

Un paco de caballeros que no crean que ha sido fácil de cumplir. De hecho, después de pegar sus respectivas salidas en el 10, andando por la calle, vuelta la burra al trigo. Los dos se pusieron a hablar de lo que ha ocurrido en las últimas horas. Nada, fueron unos segundos, hasta que Justin Rose levantó la mano y dijo: «eh, hemos dicho que nada de hablar de esto, sólo golf». Y así ha sido hasta el final de la vuelta.

McIlroy reconoce que la ronda de hoy ha sido un oasis dentro de tanta turbulencia. De hecho, tiene claro cuál va a ser su manera de actuar en los próximos meses. «Cuanto más me centre en los que ocurre en el campo de golf y menos en los consejos de administración, seré más feliz», explicó en lo que se puede entender como un dardo velado a los dirigentes del PGA Tour. Algo así como no me vuelvan a hablar de sus líos. Parece que Rory quiere hacer tabla rasa y comentar sólo sus rondas de golf. Veremos si es capaz porque la realidad es que suele responder a todo lo que se le pregunta, lo que desde el punto de vista periodístico es de agradecer, aunque no siempre se esté de acuerdo con él.

De hecho, hoy mismo se le ha comentado si conoce a Yassir Al-Rumayyan, presidente del PIF, Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí, y ha dicho que «sí, he jugado al golf con él en algún Pro Am y he coincidido en la Fórmula Uno por casualidad y en Dubai. Es un hombre muy inteligente e impresionante», ha subrayado.

En cuanto a la vuelta, Rory ha empezado con una ronda de 71 golpes, que no está nada mal si tenemos en cuenta las dificultades y la exigencia del recorrido canadiense del Oakdale Golf and Country Club. No está lejos del liderato, situado en -5 con Aaron Rai, Justin Lower, Corey Conners y Chesson Hadley, jugadores todos que están cortados por el mismo patrón: van muy rectos desde el tee. Es la clave esta semana porque el rough es terrorífico. De hecho, Rory se ha dejado un mejor resultado en dos salidas que han acabado en la hierba alta, en los hoyos 12 y 7, ambos pares 5. Ha perdido un golpe en ambos tras la salida y ha terminado haciendo bogey. Si cambian esos dos bogeys por dos birdies, cosa que tampoco parece descabellado en un par 5 y hablando de McIlroy, estaría empatado en cabeza. Son los cuatro golpes que le faltan.

A Rose, por su parte, le ha sentado muy bien jugar con McIlroy y el pacto de silencio. Ha hecho 69 golpes y se ha situado arriba, a sólo dos impactos de la cabeza. Entre los resultados más destacado está también el 69 de Ludvig Aberg (-3). El sueco, campeón del PGA Tour University, está disputando su primer torneo como profesional. Magnífico estreno.

Resultados en directo del RBC Canadian Open