Una de las grandes cuestiones que estaba en el aire respecto al regreso del PGA Tour, previsto para el próximo 11 de junio con el Charles Schwab Challenge en Colonial, era conocer qué va a pasar con los jugadores que se encuentran fuera de Estados Unidos y son miembros del circuito. Ahora mismo, las restricciones para viajar son enormes y se hace difícil imaginar un espacio aéreo abierto para la semana anterior a ese 11 de junio. Es un problema delicado que va mucho allá del golf y que no tiene una fácil solución.
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En este sentido, el PGA Tour ha confirmado hoy en una conferencia con diferentes medios de comunicación que ya está en negociaciones con el gobierno de Estados Unidos para tramitar un permiso especial que permita desplazarse a los golfistas internacionales (europeos, sudafricanos, australianos, asiáticos, etcétera…) a terreno americano. No será fácil, pero en el Tour se han mostrado optimistas.
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Hay que recordar que hay unas 25 personas, entre jugadores y caddies, que se encuentran en esa situación. Se quedaron fuera de Estados Unidos cuando cerraron las fronteras y ahora mismo no pueden regresar. Como miembros del circuito americano tienen derecho a jugar, pero para ello lo primero será poder viajar. En este sentido, los tres españoles que tienen tarjeta del PGA Tour pueden estar tranquilos puesto que se hallan en Estados Unidos. Jon Rahm está en su residencia de Arizona, Sergio García en Texas y Rafa Cabrera Bello se quedó en Florida después de la suspensión del THE PLAYERS Championship.
Habrá que ver la sensibilidad del gobierno de Donald Trump con esta petición del PGA Tour. Lo más positivo en este caso es que no hay que explicarle demasiado al mandamás norteamericano qué supone el golf en su país y el PGA Tour, no sólo desde el punto de vista del negocio, sino también desde una esfera benéfica.
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Por otro lado, en esa misma conferencia con los medios, en el circuito americano han explicado que se va a intentar mantener las mismas bolsas de premios en todos los torneos y que los múltiples tests que se van a realizar a todas las personas involucradas en la organización de los torneos correrán de su cuenta.
Otro de los temas ásperos que no han terminado de aclarar es cuántos positivos serán necesarios en un torneo para que se suspenda el torneo. El PGA Tour asegura que habrá que analizar cada caso en particular si se produce y que se decidirá en función de la posibilidad de expansión que haya tenido ese contagio, es decir, el número contactos que ha tenido y dónde se han producido.
