La sombra de Jon Rahm (-4) ya es alargada en el Mexico Open at Vidanta Vallarta. El golfista de Barrika ha tenido un comienzo notable. Vuelta de 67 golpes este jueves, con seis birdies y dos bogeys, y ya está arriba, bien colocado, metiendo miedo y presión. Marcando territorio. Puesto decimocuarto.
No ha sido el mejor día de golf del Número Uno del mundo. Quizá por eso aún aprieta más su resultado, por eso, quizá, ahoga más al resto. No ha estado especialmente brillante en los golpes a green. No ha sido un desastre, ni mucho menos, pero le ha costado dejarse opciones claras.
Más irregular aún ha estado desde el tee. Apenas ha cazado cinco calles, ha visitado algún que otro búnker y se ha visto más veces en el rough de lo que está acostumbrado. Pero precisamente ahí radica su grandeza. En situaciones así es cuando se ve el arsenal de recursos que maneja. Su vuelta de 67 golpes de hoy, por el mismo precio, podría haberse ido a 71-72 fácilmente. Pero Jon lo ha exprimido hasta que no quedaba ninguna gota.
La clave de su ronda ha estado en una hora de máxima inspiración en los greenes. Concretamente, entre los hoyos 1 y 4. Venía de unos nueve primeros hoyos (empezó por el 10) algo atascados. Sí, logró sacarse la espina en el 10 y al quinto intento al fin cazó el green. No ha hecho birdie, pero al menos ha sacado un par cómodo.
Sin embargo, lo primero que ha hecho en su vuelta ha sido un bogey, en el hoyo 11. Empezaba a remolque el día, algo que tampoco preocupa en exceso a un tipo que, no olvidemos, arrancó el Masters con un doble bogey. Es por ello que recogió su bola del hoyo con la misma cara que si hubiera sido un birdie. Impasible. Hacía tablas con el campo en el 14, sacando un birdie muy bueno en el segundo par 5, justo después de dejar escapar dos putts cortos de par y birdie en los hoyos 11 y 12.
La vuelta se ponía en marcha, o eso parecía porque en el 16 caía otro bogey sólo achacable al juego largo. Ningún problema. Tirazo al 17 y de nuevo se igualan las cosas. Es la fortaleza del golfista seguramente con más confianza ahora mismo en el mundo.
No obstante, la buena ronda de Jon se forjó exactamente entre los hoyos 1 y 4. Se le escapó el birdie en el 18, par 5, con una mala salida y un mal tercer golpe y a partir de aquí vino lo que cambió la vuelta. Metió un putt de birdie magnífico de cinco metros en el 1, otro más de birdie de cuatro metros y medio en el 2 y un tercero de cuatro metros de par en el 4. Esto lanzó a Jon. Una hora de inspiración arrebatadora en los greenes. A falta de cinco hoyos se ponía dos bajo par y perfectamente podría ir +1. Son instantes que marcan las vueltas.
Terminó con dos birdies más de manual en el hoyo 7, un par 4 corto cuya salida botó en green y acabó haciendo un gran approach y putt desde el primer corte, y en el 9, metiendo un putt de largo distancia, de gran campeón. Putt de siete metros y medio. Se limpió las manos con un par de palmadas y mandó un aviso. Estará más o menos fino, pero ahora mismo encuentra siempre, o casi siempre, la manera de hacer resultado. Imperial.
Rahm se encuentra a cuatro golpes del líder en solitario, Austin Smotherman (-8), que acabó su ronda con cuatro birdies consecutivos. La segunda plaza está con siete bajo par compartida por Erik Van Rooyen y Tano Goya, que jugaron por la tarde. Un golpe más atrás, con seis bajo par, están y la comparten el alemán Stephan Jaeger (-6), Eric Cole (-6), Taylor Pendrith (-6), Raúl Pereda (-6) y Tony Finau (-6). También hay un grupo amplio de jugadores con cinco bajo par. La clasificación ha comenzado de lo más apretada, con 30 jugadores en apenas cuatro golpes.
Está claro que en México hay que ir muy bajo para ganar el torneo. Nadie lo sabe mejor que Rahm, que ganó el año pasado. En cualquier caso, en 2022 se ganó con -17 y la media ahora de Jon, en un día cuyo juego largo no ha estado bien, es de -16. Como para temblar el resto, no sé, pero al menos un ligero castañeo en los dientes sí que se atisba…
