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Declaraciones de Jon Rahm antes del Mexico Open at Vidanta Vallarta

La vida de Jon Rahm es un eterno desafío

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Jon Rahm ha llegado al Mexico Open at Vidanta en una situación bien distinta a la del año pasado. No había ganado en  2022 cuando aterrizó en Vallarta, en el complejo de la familia Salinas. Es más, su última victoria se remontaba al US Open de 2021, once meses antes. Llegó como Número 3 del ranking mundial y tras acabar 24º en el Masters. Un año después llega con cuatro triunfos en el bolsillo, como campeón en Augusta e indiscutible Número Uno del mundo.

En cualquier otro jugador podríamos decir que el año pasado llegó a México como un lobo hambriento, mientras que esta semana se halla completamente saciado. Pero Jon no es cualquier jugador. Es más, si algo lo distingue del resto, al menos de la gran mayoría, es su extraordinaria capacidad para convertir su vida en un eterno desafío. Otro tendría la tentación de afrontar el Mexico Open, que no es precisamente el mejor torneo del año del PGA Tour, con la guardia bajada, más relajado, casi de turismo. Jon no.

Quizá, la historia que mejor define la impresionante ambición de Jon es la que ha contado este miércoles a los medios después de jugar nueve hoyos de Pro Am en el Vidanta Vallarta. Concretamente, se ha referido a una conversación con su entrenador mental a la vuelta del Masters. De pronto, con la chaqueta verde en la mano, descubrió que tenía un problema: había cumplido todos los objetivos (o casi todos) que se había propuesto para todo 2023. Cualquier otro podría pensar en bajar el pistón, bajar revoluciones, tumbarse en cierto modo a la bartola, al menos hasta el PGA Championship. No es el caso de Rahm. «Hablamos de cosas, reevaluamos y reenfocamos en lo que queríamos lograr este año. Sí, tuve que hacerlo, he tenido que buscar nuevos objetivos… y es algo maravilloso», ha explicado.

No ha sido especialmente abierto a la hora de detallar cuáles son esos objetivos, pero sí ha dejado algunos sobre la mesa. «El único torneo que he defendido con éxito a lo largo de mi carrera hasta el momento es el Open de España. Me encantaría que el Mexico Open fuera el segundo. Es el objetivo esta semana. Además, he conseguido igualar a José María Olazábal con dos Grandes, como el segundo español con más majors, me gustaría lograr un tercero y así colocarme segundo en solitario después de Seve», ha contado. Y nosotros añadimos: ganar dos Grandes un mismo año, algo que no ha hecho nunca un jugador español y lograr el PGA para cerrar el Grand Slam español. Es el único Grande que nos queda por conquistar.

Del mismo modo, Jon añadió que quiere elevar su cifra de victorias al máximo. «Ya son 10 en el PGA Tour y 20 en todo el mundo. No me pongo una cifra, pero sí quiero poner el listón lo más alto posible», señala. En todo esto, el Número Uno es un objetivo secundario, agradable, muy agradable, pero secundario. «Si me das un segundo Grande este año, te regalo el Número Uno», le respondía a un periodista local.

En cuanto al torneo, Jon ha reconocido que el paso por el RBC Heritage le vino muy bien para meterse en modo competición pronto tras ganar el Masters y que la fiesta de celebración, la oficial, la auténtica, la que hizo en su casa en Scottsdale el martes de la semana pasada, fue por todo lo alto. «Quizá ahí no ayudé a que la recuperación haya sido total tras ganar en Augusta», ha dicho.

Jon sale a jugar este jueves a partir de las 15.18, hora peninsular española junto a Emiliano Grillo y Alex Noren por el hoyo 10.

Resultados en directo del Mexico Open at Vidanta