– Ben Griffin (-5) ha disfrutado de su primera vuelta de competición profesional en el Stadium course del TPC Sawgrass. Son las ventajas que tienen los novatos, que están poco maleados por la frustración: “haga birdie o bogey, si voy con una sonrisa seguro que será bueno para mi juego”, explicaba el de Carolina del Norte al acabar. Si además resulta que firmas un 67, para qué hablar.
Griffin, de todas maneras, tiene otra razón de peso para ir levitando por esos campos de Dios, porque hace menos de dos años se puso a trabajar en un despacho como oficial de préstamos, tal y como lo llaman allí, financiando casas y pergeñando hipotecas. No es que estuviera mucho tiempo, más bien da la sensación de que entró como aprendiz y no llegó a estar allí ni seis meses, maqueado con su chaqueta y corbata, pero sí el suficiente como para valorar los recientes derroteros por los que ha marchado su vida. “Después de jugar la Escuela del Korn Ferry Tour el año pasado, ahora estoy aquí, en el PGA Tour, haciendo mi carrera. Así que tengo esa buena perspectiva de haber trabajado en una oficina, me ayuda a divertirme en el campo, porque al final del día sé muy bien que tengo la suerte de dedicarme al golf”, explicaba ayer al terminar su exitosa primera ronda en el THE PLAYERS.
Una reflexión impecable. Si de verdad la mantiene siempre presente, tenemos Griffin para rato, porque además se trata de un gran jugador (en fin, se supone que hay que serlo para firmar un 67 en tu estreno en un torneo de este calado y en un campo que no perdona el mal juego).
– A Jordan Spieth le pasa lo que nos pasa a muchos la semana del THE PLAYERS. Confiesa el texano que, juegue mal o muy bien en esta plaza, suele ocurrirle que mira el leaderboard y se sorprende con la cantidad de jugadores que están haciendo muy pocas. Es una sensación que se puede tener perfectamente también desde el salón de casa, mientras se sigue la retransmisión del torneo: ves esos greenes de cristal, la permanente amenaza de los obstáculos de agua, compruebas lo mal que lo pasan aquellos que no están finos desde el tee, y no terminas de entender que cada jueves, año tras año, un ramillete florido de tipos se vayan hasta el -5, -6 y hasta -8, como es el caso.
Spieth no desespera. Admite su sorpresa al respecto, pero también aclara que ello no le va a hacer cambiar su habitual plan de juego. “No voy a forzar nada distinto en este campo. A veces, esto te pasa en algunos lugares. También me ocurría en Doral. Esta es mi historia en el THE PLAYERS en la última década, esperemos que cambie en los próximos diez años”, concluía con cierta guasa. De momento, este año quizá no se haya visto todavía en lo más alto de la tabla, pero su 69 inicial no es ninguna mala manera de comenzar, sobre todo jugando en un turno de tarde en el que la media de golpes subió significativamente, respecto a la mañana.
– El líder, Chad Ramey, acaba de ser padre por primera vez. Teniendo en cuenta que venía de hacer muy malos resultados (desde que ganó el año pasado en Punta Cana, su mejor resultado era un 28º y se ha hartado de fallar cortes), el estadounidense no descarta que el celebrado acontecimiento le haya aportado un enfoque distinto y muy beneficioso. “Ahora el golf ya no es lo más importante y, quién sabe, a lo mejor por eso hoy he jugado tan bien”. Pues es posible. No sería la primera vez que ocurre.
– Min Woo Lee, otro de los destacados de la primera jornada (vuelta de 68 golpes, sexta posición) sufrió un calambre en una pantorrilla en el momento de pegar con el driver en el tee del 15 y tuvo que ser atendido en el mismo campo por un fisio. Como se ve por su excelente resultado final, el asunto no fue a mayores, pero detrás hay una curiosa historia. Resulta que el joven australiano había sufrido recientemente una crisis alérgica aguda y llegó a pensar que era por culpa de las bebidas con electrolitos, por lo que redujo su consumo… “Si no tienes electrolitos puedes sufrir calambres y, bueno, yo he sufrido un calambre”. Qué cosas pasan. Quizá el bueno de Lee debiera acompañar los electrolitos con el clásico bocadillo de tortilla campera…
