¿Tiene usted alguna duda de cuál será el bloque principal del equipo europeo de la Ryder el próximo mes de septiembre? Tampoco hay tantísimo donde elegir, pero a los pocos despistados que queden les convendría abrir la lista de clasificación que se rige por los puntos del ranking mundial.
En dicha lista ya aparecen, uno detrás de otro, los ocho jugadores sobre los que se fundamentará el equipo de Luke Donald. Por este orden: Jon Rahm, Rory McIlroy, Viktor Hovland, Tyrrell Hatton, Shane Lowry, Tommy Fleetwood, Justin Rose y Matt Fitzpatrick. Así quedaba configurada esta clasificación después del primer Grande de la temporada, qué casualidad. Apostar a que alguno de estos ocho se quedará fuera, si no media una lesión, sería algo así como tirar el dinero.
Ha querido el destino (y la tozuda realidad: hay lo que hay a este lado del Atlántico) que esta semana, en Hilton Head, tal lista de ocho vaya a apuntalarse todavía más. Es así, porque los tres jugadores que cierran esta relación, Fleetwood, Rose y sobre todo Fitzpatrick, líder del torneo a falta de 18 hoyos, van a sumar presumiblemente muchos puntos dentro de unas horas, estrechando y hasta superando el margen que los separa de los Hovland, Hatton y Lowry, los tres hombres que les preceden, y separándose de sus inmediatos perseguidores en tal clasificación, que son Seamus Power (ha fallado el corte en Harbour Town) y Alex Noren. El grupo de estos ocho, por tanto, se compactará un poco más y se aislará del resto.
Hovland, Hatton y Lowry también han pasado el corte, pero están más lejos de la zona caliente, donde de verdad se reparten puntos, sobre todo el noruego y el irlandés. Otra cosa es Hatton, es verdad. El inglés todavía podría arañar un curioso botín firmando una gran última vuelta.
A partir de aquí, es entretenido seguir dándole vueltas a la lista de aspirantes a las cuatro plazas restantes del equipo, siempre partiendo de una premisa:
Donald esperará el tiempo que tenga que esperar a Francesco Molinari, que entraría en la escuadra sí o sí en cuanto garantice un nivel de juego notable, esté donde esté en la clasificación. La recuperación del ‘efecto Moliwood’, aquella brillante pareja forjada en Paris 2018, compuesta por Molinari y Fleetwood, y la disputa del torneo en suelo italiano explican tal espera. Y son razones de peso, indudablemente.
Digamos que quedarían tres plazas, si todo marcha como desean, no nos engañemos, el capitán y los vicecapitanes. En este punto aparece el nombre de Thorbjorn Olesen, que este año ha pasado todos los cortes, nunca ha finalizado peor que el puesto 20º y además ha ganado un torneo (Tailandia). En el recuerdo queda la paliza que le propinaba a Jordan Spieth en los individuales de Paris 2018 (5 y 4), edición en la que el danés se estrenaba en la Ryder.
A partir de aquí no puede obviarse el nombre de Victor Perez, que ahora mismo está metido a través de la lista europea, ni tampoco la excelente sensación que causó el francés jugando junto a Guido Migliozzi en la Hero Cup. Si Migliozzi aprieta, podría formar junto al galo un dúo outsider muy interesante. No podemos dejarnos en el tintero a los hermanos Hojgaard, al menos uno de ellos. Nicolai, por cierto, juega la semana que viene el Zurich Classic junto a Olesen, donde también se emparejarán Perez y el belga Detry, de quien todavía se espera un definitivo paso adelante que apuntale y confirme su esperanzadora trayectoria en el PGA Tour.
