Jon Rahm (-8) se ha quedado lejos del triunfo en el RBC Heritage. No se le puede descartar porque se trata de Jon Rahm, por si alguno no lo recuerda, flamante campeón del Masters de Augusta, Número Uno del mundo y ganador de cuatro torneos en 2023. Hay que estar muy loco para eliminarlo de la pelea así como así.
En cualquier caso, el domingo tendrá que obrar algo muy cercano a un milagro en el Harbour Town Golf Links de Hilton Head para adquirir, sin pasar por caja, la segunda chaqueta en dos semanas. El ganador del RBC recibe de regalo una chaqueta de cuadros junto al trofeo de campeón.
Rahm se ha quedado muy lejos de la pelea por culpa de varios desajustes muy poco habituales con los hierros. No se puede decir que haya jugado mal entregando una tarjeta de 69 golpes con cinco birdies, la realidad es que han sido esos errores muy puntuales los que le han costado muy caro y le han impedido volar más bajo.
El primero de esos desajustes extraños ha llegado en el hoyo 4, par 3. Después de un inicio imperial, jugando de libro y firmando un parcial exuberante de tres birdies en tres hoyos, el de Barrika fallaba por mucho el tiro. Se quedaba muy corto de green y, además, no tenía suerte, la bola terminaba pegada a la traviesa que delimita el lago y sin posibilidad de jugar a diestras. Ha tenido que jugar de espaldas.
Tampoco ha estado especialmente certero con este tiro. Daba la sensación de que era más sencillo y lógico jugar corto, moverla apenas dos o tres metros y dejarse un chip, o incluso un putt, cuesta arriba desde el frontal del green. Por contra, Jon ha pegado muy fuerte a la bola, seguramente porque no estaba bien colocada y tenía el temor de no moverla, y la ha llevado a green, muy lejos de la bandera. El siguiente error ha sido hacer tres putts.
A partir de ahí, ha alternado buenos tiros con otros errores y algunos momentos de mala suerte. En el 5, por ejemplo, buscaba el green de dos con un gran tiro, pero la bola acababa en el búnker y muy mal situada. No sacaba el birdie en un hoyo casi obligado. En el 7, siguiente par 3, también pegaba un tiro raro, corto y muy a la derecha. En el 8 casi la mete desde la calle para eagle, como en el 3, ¡vaya tirazo! y en el 9 vuelve a fallar tras ser demasiado ambicioso con un globito en los alrededores de green. No estaba jugando mal, ni bien. Inconsistente. Una de cal y una de arena. Curioso porque la consistencia es la gran virtud de Jon.
En los segundos nueve siguió en la misma tónica. Ningún pero a su juego desde el tee, que ha estado excelso, pero los hierros, irregulares. En el 10 y el 11, más de lo mismo. Malos segundos tiros desde la calle. Al menos, en el 11 salvaba un gran par. Eso sí, no se vino nunca abajo y lo siguió intentando. Desde el 12 jugó más ordenado. Se dejó una gran opción de birdie en el 13 y acabó con uno muy bueno en el 16. Lástima que en el 15 no viera la manera de tirar de dos a green.
La vuelta de 69 golpes deja lejos a Jon, sobre todo con muchos jugadores por delante, pero si mañana es capaz de rubricar un inicio como el de hoy, ya se puede ir echando a temblar los hombres de arriba. El líder es Matthew Fitzpatrick (-14). Seis golpes de diferencia. Parecen demasiados, sí, pero es Jon Rahm.
