Billy Horschel (-13) ha hecho buena la ventaja de cinco golpes con la que salía a jugar la última ronda del Memorial y se ha hecho con el triunfo, incluso con holgura y cierta comodidad al final, firmando una tarjeta al par del campo. Es lo que tiene embocar un putt de eagle desde más de quince metros en el último par 5 del día (hoyo 15), que da mucha tranquilidad…
Hasta ese punto culminante de la jornada y del torneo, tampoco es que el líder fuera sobrado. Seamos claros: nadie lo iba este domingo en Muirfield Village y, además, el jugador de Florida es un tipo bravo, correoso, y a falta de birdies en un campo que al fin se había puesto con los greenes de míralos y no los toques, iba salvando algunos pares muy valiosos, sobre todo por los segundos nueve, en el momento del todo o nada, hoyos 13 y 14, justo antes de la campanada del citado eagle.
No, Horschel no es de los que se arrugan. Puede que nunca se le incluya entre aquellos jugadores que verdaderamente son considerados como los mejores del mundo, pero no hay que descartar que en breve haya que hacerlo, porque a sus 35 años él sigue empeñado en añadir galones a su pechera y después de este triunfo va a alcanzar la mejor posición de su carrera en el ranking mundial, Número 11, a las mismas puertas de un top ten que hasta el momento siempre se le ha resistido.
Es verdad que nunca, hasta la fecha, ha conseguido meterse en un equipo de la Ryder Cup, pero es que en Estados Unidos este objetivo es muy caro. Y ya veremos, por ejemplo, si Billy no se mete este año en el equipo de la Presidents, porque este triunfo va a disparar sus posibilidades. Vaya, no es Horschel un jugador al que uno desee encontrarse en un duelo match play…
Por detrás, Joaquín Niemann (-7) y Aaron Wise (-9) tuvieron su momento, pero no terminaban de acongojar a un líder muy serio. El chileno, además, se retiraba de la lucha con un doble bogey en el 14, mientras que Wise también daba un respiro con un bogey en el 13. Tan solo cuatro jugadores han bajado de los setenta golpes en la jornada final (al fin Nicklaus habrá respirado tranquilo…), pero ninguno de ellos ha podido siquiera inquietar al ganador en ningún momento, pues los cuatro (Homa, Rahm, Im y Conners) venían cabalgando desde muy atrás.
