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Rahm firma 66 golpes en el segunda jornada del Sentry Tournament of Champions

Jon no quiere saber nada de paréntesis o tiempos de adaptación

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Jon Rahm.

Jon Rahm (-10) ha firmado una tarjeta de 66 golpes, siete menos en el día, en la segunda jornada del Sentry Tournament of Champions, resultado que no le va a servir para liderar el torneo cuando termine la jornada (en el momento de editar esta crónica provisional hay todavía muchos partidos en juego en tierras de Hawai), pero que lo catapulta a los últimos partidos del sábado con toda seguridad y, en definitiva, lo mete de lleno en la lucha por el triunfo durante el fin de semana.

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Como se ve, el de Barrika no quiere saber nada de paréntesis o tiempos razonables de adaptación al nuevo medio, que en este caso sería el nuevo material Calaway que está estrenando en competición esta semana. Poco o nada ha cambiado en su desempeño en el campo y en esa bendita capacidad de hacer resultado. Si el jueves ya mostraba un nivel notable de tee a green, sin extrañar en apariencia su antiguo juego de palos, hoy aún ha mejorado sus prestaciones, cogiendo más calles y más greenes en regulación. También se le ha visto relativamente cómodo con los wedges y la gran diferencia, a favor en este caso, ha sido que ha embocado dos o tres putts de media distancia que le han servido para dar el salto en su registro.

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Buena falta le va a hacer, a él y a cualquier que aspire al triunfo en el Plantation course de Kapalua, enchufar putts largos, porque las benignas condiciones de juego están propiciando en este campo resultados muy bajos y lo normal es que el ganador tenga que ir más allá del -20.

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A buen seguro, es verdad, Jon todavía necesita hacerse más a los nuevos hierros en el intento de dejar la bola más cerca del hoyo cuando realmente es posible, pero en realidad estamos hablando de matices que poco tienen que ver ya con la confianza en el nuevo material. Rahm ha traído los deberes hechos y una vez más, quizá cuando menos se le esperaba, se ha puesto mirando al triunfo de cara al fin de semana. Igual que Dustin Johnson (-10), que del mismo modo que Jon ha reaccionado en esta segunda jornada (hoy, vuelta de 65 golpes). Es posible incluso que los números uno y dos del mundo salgan a jugar juntos el sábado, ya veremos. Y es probable también que ambos salgan a la estela del defensor del título, Justin Thomas, que todavía no ha finalizado la segunda ronda en el momento de editar esta crónica, pero que viene de nuevo pisando fuerte, dispuesto a gobernar con mano de hierro el cotarro.

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Jon finalizaba la ronda con un largo y jugoso sprint final sostenido de cinco birdies en los últimos siete hoyos. Y lo necesitaba, porque realmente, tal y como se estaba poniendo la cosa por arriba, estaba más bien fuera de juego una vez pasado el hoyo 11, donde había hecho un bogey, que al final sería el único del día. En el 17 se iba a sacar de la manga un segundo disparo magnífico desde más de doscientos metros para dejar la bola a menos de dos metros del hoyo (birdie) y remataba en el 18 con un nuevo birdie tras una espléndida sacada larga desde la arena… Como si nada hubiera cambiado.

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