Sergio García (-3) ha firmado una vuelta de 70 golpes en la segunda jornada del CJ Cup, un resultado más que decente en un campo, Shadow Creek, que hoy ha confirmado dos cosas. La primera, que no admite demasiados despistes y que éstos se pagan caros; la segunda, que se pueden hacer vueltas bajas cuando se va por el sitio o, al menos, no se falla demasiado y cuando se hace es por el lado menos malo…
Duelo de gallos en el corral de Shadow Creek
De todos modos, si miramos a la parte alta de la clasificación y todavía se establece el triunfo como un objetivo, el intento de remontada del castellonense se ha quedado indudablemente corto. Su juego se mantiene estable y en buena línea, pero esta semana además hace falta enchufar unos cuantos putts medios y largos, porque no es tan sencillo dejarla cerca en unos greenes moviditos. Una prueba: el líder, Xander Schauffele (-14) se ha hartado hoy de embocar puritos, puros y purazos (hasta en seis ocasiones lo ha hecho desde más allá de tres, cuatro, cinco y hasta nueve metros, incluyendo un aprochito desde el rough que también iba dentro). Tyrrell Hatton (-11), segundo clasificado, también ha embocado en cuatro ocasiones desde tres o más metros; y Russell Henley (-10), tercero, ha sumado hasta tres putts de birdie desde más allá de los cinco metros de distancia… Sergio, ni uno solo.
Una obra de arte de Sergio García desde la arena
No se trata de volvernos locos de nuevo con el rendimiento de García en los greenes, que no está siendo malo, sino de ratificarnos en una teoría ya expuesta en esta web con anterioridad: si tu juego largo anda fino y aspiras a tener opciones de victoria, normalmente habrá que embocar al menos entre siete y diez putts desde más allá de tres metros a lo largo y ancho de los 72 hoyos. Hay excepciones a esta pseudo teoría, por supuesto, pero son muy pocas.
Jon firma un 67 ‘rutinario’ y se coloca arriba en Shadow Creek
Los principales problemas de Jon Rahm (-4) en esta segunda ronda han sido otros. El de Barrika se ponía en marcha relativamente pronto, con un eagle majestuoso en el hoyo 4, pateando desde metro y medio. Un portento. Sin embargo, justo a partir de ese momento iba a dejar de coger calles y greenes, saltando casi de un problema a otro, irregular y sin duda desajustado, sobre todo desde el tee, así que los bogeys iban cayendo paulatinamente y sus opciones de triunfo se iban difuminando. Además, como suele ocurrir en estos casos, tampoco terminaba de rematar las escasas opciones de birdie que a duras penas se iba procurando… Hasta la del hoyo 18, donde sí enchufaba un buen putt de tres metros para darse un pequeño y postrero alivio.
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Los dos, Sergio y Jon, se han quedado sin margen de maniobra y necesitan un sábado de altos vuelos, una gran ronda de golf que les permita meterse más arriba y, con permiso de Schauffele y Hatton, aspirar todavía el domingo a la victoria. Está claro que en Shadow Creek puede hacerse (Jon ya lo comprobó el jueves), así que no es cuestión de pedir milagros. Justin Thomas, sin ir más lejos, hoy firmaba un 66 y se aupaba hasta el top ten. Digamos que son ya muchos los grandes nombres que se han quedado sin opción alguna de cara al fin de semana en este torneo sin corte, y que los dos españoles aún tienen algún clavo ardiendo al que agarrarse.
