Que Jon Rahm no lo va a tener fácil para ganar la FedEx Cup esta semana lo firmaría Perogrullo. Incluso saliendo como Número Uno y con un -10 ya adosado a su tarjeta lo tendría realmente complicado, así que imagínense la magnitud de la tarea saliendo con -6, a cuatro golpes de Scottie Scheffler, dos de Viktor Hovland y uno de Rory McIlroy.
Además, para añadir un par de troncos más al fuego, resulta que los tres grandes rivales de Rahm presentan una mejor media histórica de golpes que el propio Jon en East Lake, el escenario de este Tour Championship. Hovland y Scheffler acumulan 68 golpes exactos en 12 vueltas disputadas y McIlroy tiene un parcial 68,11 en 36.
No obstante, Rahm tiene más de un clavo al que agarrarse y ninguno de ellos está ardiendo. El primero tiene que ver con la propia media de golpes. Sí, las de sus enemigos son mejores, pero eso no significa que la de Jon sea mala, ni mucho menos. El de Barrika promedia 68,25 golpes. Es decir, le gana bien ganado a East Lake en 24 vueltas disputadas.
Otro clavo. Jon va de menos a más en el recorrido de Bobby Jones. Sus resultados han ido mejorando con el paso de los años desde que debutó aquí en 2017. De hecho, sus tres mejores actuaciones se han producido en los tres últimos años. En 2020 hizo -9, en 2021 bajó hasta -14, su mejor registro en este torneo, y el año pasado hizo -8. En 2021 fue el mejor empatado con Kevin Na y se quedó a un solo golpe de forzar el desempate con Patrick Cantlay.
En esta clara evolución positiva que lleva Jon en Atlanta, resulta que el año pasado consiguió más birdies que nunca. Hizo un total de 22. Al mismo tiempo, en 2021, año en el que bajó de 70 golpes (exigente par del campo) todos los días, sólo cometió cuatro bogeys. Conclusión: Rahm sabe cómo hacerle un resultado bajo a East Lake y cada año que pasa lo está jugando mejor.
En este sentido, el golfista vizcaíno sabe que para hacer un buen resultado en el Tour Championship es muy importante aprovechar los pares 5, lógico por otra parte teniendo en cuenta que es un par 70 y sólo hay dos hoyos largos. Pues bien, los números de Rahm en estos hoyos son excelentes. En el 6, primer par 5, hizo eagle la primera vez que lo jugó en 2017 y su acumulado es de -17, mientras que en el 18 su parcial en seis años es de -13.
Dos de los hoyos más complicados de East Lake son el 8 y el 14, éste último un par 5 reconvertido en par 4 (de hecho, los socios lo juegan como par 5, igual que el hoyo 1). Jon, como todos, ha tenido dificultades en estos dos rincones del recorrido de Atlanta, aunque el año pasado ya consiguió jugarle bajo par por primera vez. Hizo dos birdies, un bogey y un par durante la semana.
Así las cosas, Rahm tiene motivos para ser optimista esta semana, aunque obviamente la empresa es complicada. Será su séptima participación consecutiva en el Tour Championship, la mejor racha en activo empatado con Xander Schauffele y Tony Finau.
Eso sí, y en cualquier caso, todo va a depender de que Jon sea capaz esta semana de ofrecer su mejor nivel de golf y consistencia para aspirar a una remontada que Rory McIlroy ya consiguió en dos ocasiones en los últimos cuatro años.
