Billy Horschel ganó en 2022 el Memorial Tournament. Su séptima victoria en el PGA Tour. Una de las más especiales. Se colocaba además en el puesto undécimo del ranking mundial, su mejor clasificación de siempre, y amarraba su participación en la Presidents Cup por primera vez en su carrera. Eran días de vino y rosas. Un año después, sólo un año después, ha arrancado el Memorial con una tarjeta de 84 golpes tras coger dos greenes en regulación.
Horschel tuvo la gentileza de atender a los medios de comunicación después de sufrir uno de sus peores días en un campo de golf. Se abrió en canal y admitió entre lágrimas sentirse impotente y desesperado con su juego. Sólo un año después. «Nunca he tenido menos confianza en toda mi carrera. Esto no tiene sentido. Por un lado me siento hundido, pero por el otro creo que no estoy tan lejos. Es de locos haber hecho hoy 84 golpes», señaló obligado a detenerse unos segundos por la emoción.
Horschel no gana desde el Memorial del año pasado y en lo que llevamos de temporada apenas ha sumado dos top 10. Ha caído al puesto 36º del ranking mundial y el de hoy será el séptimo corte fallado en los últimos trece torneos. Se ha quedado fuera del fin de semana más veces en estos primeros cinco meses que sumando 2021 y 2022. Es muy duro y difícil de digerir.
Horschel, sin embargo, no saca todavía la bandera blanca. Seguirá intentándolo. «Por mucho que me gustaría tirar la toalla y no salir a jugar mañana, eso no está en mí», dijo ayer. «No soy uno de esos jugadores. Hay muchos de ellos en el circuito que se excusarían diciendo que están lesionados y todo eso. Pero me presentaré y saldré a darlo todo, como siempre hago, e intentaré encontrar algo, intentaré jugar bien y seguir adelante. Ha sido un día y he tenido muchos días así este año. Quizá no tan malos, pero es sólo un día», reflexionó. Y añadió: «es un desafío, pero seguiré esforzándome y seguiré empujando, seguiré trabajando duro y espero que todo salga bien pronto».